
II. Estructura
El psicoanalista (2002) pertenece al género épico y a la especie de la novela de suspenso. Este tipo de novela se caracteriza por generar una atmósfera de tensión y expectativa, manteniendo al lector intrigado y cautivo ante el desarrollo de los acontecimientos. La trama suele girar en torno a un enigma o conflicto que el intérprete debe resolver, mientras enfrenta obstáculos que ponen en peligro su vida o su estabilidad emocional. En este caso, esta obra desarrolla el suspenso a través de las amenazas que encara el protagonista, quien lucha por desentrañar un misterio que afecta directamente su supervivencia.
En cuanto al subgénero o especie literaria, se inscribe en la novela psicológica, que según Celinda Fournier en su libro Análisis Literario (2009), “Es la novela que analiza el mundo interior del ser humano, problemas y conflictos del yo interno, conflictos emocionales, producto de la inestabilidad individual o social” (p.109). Este subgénero mezcla elementos del suspenso y el thriller haciendo énfasis en la psicología de los protagonistasLas obras de este tipo exploran todo acerca de la mente humana y la salud mental, lo que intensifica la conexión emocional del lector con los protagonistas. En las producciones de Katzenbach (2002), esto se manifiesta en personajes que abordan temas como la venganza, y la obsesión. Al igual que su narrativa, se destaca por tener giros inesperados y un estilo que combina acción y reflexión, manteniendo al lector en constante estado de alerta e intriga.
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En la novela se presentan temáticas universales como la venganza, el abuso de poder, en conjunto con la moralidad, y la manipulación psicológica. Estos elementos no solo son esenciales para comprender el desarrollo de la obra, sino que también generan una constante intriga y reflexión en el lector, haciendo que se cuestione sobre sí mismo, preguntándose si mentalmente está bien o no. Del mismo modo, la venganza suele ser presentada como una fuerza destructiva que revela sentimientos íntimos del protagonista, evidenciado en el siguiente fragmento:
Pertenezco a algún momento de su pasado. Usted arruinó mi vida. Quizá no sepa cómo, por qué o cuándo, pero lo hizo. Llenó todos mis instantes de desastre y tristeza. Arruinó mi vida. Y ahora estoy decidido a arruinar la suya (Katzenbach, 2002, p. 5).
En cuanto al abuso de poder y la manipulación psicológica, permiten que se adentre en las mentes de los personajes, exponiendo sus obsesiones, traumas y miedos, como se muestra en esta sección:
Ahora sé quién eres. Conozco tu nombre. Tu agencia. Tu dirección. Y, lo más importante, sé quién quieres ser. Conozco tu ambición. A partir de eso, puedo extrapolar tus deseos. Tus necesidades. ¿Crees que ahora que sé el quién, el qué y el dónde sobre ti no puedo deducir todo lo que necesite saber en el futuro? Podrías mudarte. Podrías incluso cambiarte de nombre. Pero no puedes cambiar quién eres ni quién quieres ser. Y ese es el problema, ¿no? (Katzenbach, 2002, p. 192).
Finalmente, la moralidad, actúa como un eje que guía o desafía las decisiones de los involucrados en la historia, planteando preguntas sobre lo correcto e incorrecto en situaciones extremas, como se refleja en la siguiente parte: “¿Te matarías para salvar a otra persona? (…) Y estoy seguro de que tu torturador ha dedicado muchas horas a intentar adivinar tu respuesta. ¿Qué clase de hombre eres, Ricky? ¿Qué clase de médico? (Katzenbach, 2002, p. 74)”.
Estos temas también se abordan en obras literarias clásicas como Hamlet de William Shakespeare (1623), Pedro Páramo de Juan Rulfo (1955), El corazón delator de Edgar Allan Poe (1843), Cumbres borrascosas de Emily Brontë (1847), La Ilíada de Homero (1892) y La pata de mono de W.W. Jacobs (1902) y). En Hamlet (1623), la venganza impulsa toda la trama, y la manipulación psicológica se centra en el protagonista, quien enfrenta conflictos internos que lo arrastran irremediablemente a la locura y a la tragedia. Este dilema interno se evidencia en los personajes de la novela de Katzenbach (2002), quienes, al igual que él, enfrentan manipulaciones que los obligan a confrontar sus miedos y traumas, llevándolos a un destino trágico. En Pedro Páramo (1955) esos temas se entrelazan a través de las relaciones de los individuos con Pedro, quien ejerce un control absoluto sobre el pueblo. Su abuso de poder manipula las vidas de los demás, arrastrándolos a un ciclo de sufrimiento y venganza sin fin. Esto se asocia con el producto de Katzenbach (2002), ya que en la trama los actantes utilizan la manipulación psicológica para jugar con la mente de los otros personajes. Por su parte, en el texto de Poe (1843) muestra coincidencias sobre la obsesión y la culpa, fusionando la venganza con un perturbador juego psicológico, como pasa con en El Psicoanalista (2002).
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De manera similar, Cumbres borrascosas (1847) presenta a Heathcliff como un personaje que manipula su entorno en respuesta a sus traumas y deseos, cuestionando las normas morales de su tiempo, al igual que Ricky en el Psicoanalista (2002), utiliza su conocimiento médico para sacar información de quien le envió la carta amenazadora. En La Ilíada (1892) la venganza está enmarcada en un contexto de honor y gloria, mientras se analiza la psicología de los héroes y la influencia divina en sus decisiones, esto también se relaciona en a la obra de Katzenbach (2002), donde el enemigo quiere vengarse del protagonista por algo que le hizo hace muchos años, llevándolo a que tome decisiones de las que se puede arrepentir. Por último, La pata de mono (1902) reflexiona sobre los peligros de alterar el destino, mostrando cómo los deseos malinterpretados llevan a la tragedia, combinando la manipulación psicológica con elementos fatales. Esta temática también se encuentra en El psicoanalista (2002), donde la manipulación se convierte en una herramienta clave para profundizar en las consecuencias de las decisiones humanas, destacando cómo el pasado y las emociones reprimidas pueden ser detonantes de problemas internos y externos. Finalmente, estas producciones, aunque abordan los mismos temas, pero desde perspectivas diferentes, coinciden en resaltar cómo las emociones humanas moldean y, a menudo, destruyen a sus personajes.
En los textos, Katzenbach (2002), como en la que aquí se analiza, los conflictos suelen manifestarse a través de la relación entre los personajes y los problemas que enfrentan, especialmente aquellos que afectan su percepción de la realidad y sus decisiones. En este contexto, es relevante destacar que las problemáticas presentes en la novela son relativas, ya que su interpretación varía según el ángulo desde el cual se analicen. Se abordan cuatro problemáticas principales: el enfrentamiento con el pasado, en el que el doctor Ricky Starks debe reflexionar sobre los errores de su vida y su carrera al recibir una amenaza relacionada con sus acciones previas.
El acoso psicológico, ejercido por el antagonista «Rumplestiltskin», quien manipula y presiona al protagonista mediante amenazas que lo mantienen en un estado constante de vulnerabilidad, como se muestra en el siguiente fragmento: (…) “Tiene una opción: suicidarse de inmediato o me encargaré de destruir a una de estas personas inocentes” (Katzenbach, 2002, p.6). Por otro lado, la lucha por la supervivencia lleva a Starks a resolver un enigma extremo para salvar su vida y la de sus seres queridos, siendo sometido a niveles de estrés y perturbación reflejado en la siguiente parte:
El día de su cumpleaños, si te lo puedes creer (…) cuando Mindy llegó al colegio, se encontró la tarjeta (…) llena de pornografía asquerosa. (…) Y ese bastardo escribió en la tarjeta: Esto es lo que te voy a hacer en cuanto te pille sola (Katzenbach, 2002, p. 11).
Por último, la moralidad y la culpa, que lo obligan a afrontar dilemas éticos y asumir las consecuencias de sus decisiones como psicoanalista, profundizando en su conciencia y responsabilidad personal, evidenciado en las siguientes secciones:
El psicoanálisis enseña una cosa: nada de lo que ocurre está aislado (…) Fue a pedirte ayuda, desesperada, pero tú estabas demasiado ocupado decidiendo el rumbo de tu carrera y no pudiste prestarle atención y la ayuda que necesitaba. Desde luego, Ricky, una paciente que se suicida cuando la estás tratando, aunque solo haya sido unas pocas sesiones… ¿No sientes ningún remordimiento? ¿Ninguna sensación de culpa? ¿No mereces pagar algún precio? ¿Cómo puedes ignorar que la venganza implica tanta responsabilidad como cualquier otro acto humano? (Katzenbach, 2002, p. 149-179).
Las problemáticas presentadas en esta obra encuentran una serie de soluciones que se desarrollan a lo largo de la trama, evidenciando el crecimiento del protagonista. Primero, Ricky se enfrenta a su pasado y reflexiona sobre los fracasos de su carrera como terapeuta, reconociendo que no siempre ayudó a sus pacientes y que algunas de sus acciones pudieron haber causado daño, como lo revela la afirmación: “Pensaba que probablemente podría encontrar la solución en sus propios recuerdos y enfrentar los fracasos que lo atormentaban” (Katzenbach, 2002, p.82). En cuanto al acoso psicológico, Ricky comprende que su oponente busca desestabilizarlo emocionalmente, pero utiliza su conocimiento como psicoanalista para mantener la calma y analizar estratégicamente las amenazas, como se comprueba en esta cita: “Dedicó unos segundos a intentar sosegar sus rápidos latidos y esperó con paciencia hasta notar que recuperaba su ritmo habitual. Era muy consciente de su soledad en ese momento, y detestó la vulnerabilidad que esa soledad le provocaba” (Katzenbach, 2002, p.5).
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En su lucha por la supervivencia, Ricky se reinventa y enfrenta situaciones extremas que lo llevan a tomar decisiones audaces para salvar su vida y la de sus seres queridos, como reflexiona en la siguiente sección: “Era el momento de morir o de proseguir. Y cuál de los dos iba a ser se sabría en las próximas horas” (Katzenbach, 2002, p.196). Finalmente, frente a la moralidad y la culpa, Ricky lidia con sus errores y las acusaciones de Rumplestiltskin. Aunque en el libro no haya una solución explícita, Ricky podría preguntarse ¿Cómo revertir el daño y recuperar el control de su vida? Y así decidir enfrentarse al enemigo analizando sus propias acciones pasadas, buscando redimirse y demostrar que el cambio es posible, demostrado en el siguiente fragmento: “Tengo un nuevo juego (…) El juego de seguir con vida” (Katzenbach, 2002, p.207). A lo largo de esta majestuosa creación, estas soluciones demuestran el crecimiento de Ricky, quien, mediante su persistencia, su autoanálisis y su acción estratégica, supera las adversidades y sale fortalecido de las pruebas que atraviesa.