Nos sentimos complacidos de haber llegado a la segunda edición de «El Dibujo en colecciones dominicanas» y completar nuestro particular homenaje a los maestros, a quienes debemos el florecimiento de las artes visuales en el país. Esperamos que esta muestra, dedicada especialmente a los jóvenes y estudiantes, constituya un espacio de disfrute y reflexión sobre el devenir de las artes plásticas en la República Dominicana.
Esta vez, acompañando nuestra selección de dibujos, hemos querido rendir un reconocimiento especial a los escultores a través de las obras de Antonio Prats-Ventós, Luis Martínez Richiez, Domingo Liz, Manolo Pascual, Gaspar Mario Cruz, Carmen Omega Peláez, José Ramón Rotellini, Antonio Toribio. De los ceramistas, que también son festejados, contamos con obras de Paul Giudicelli, Thimo Pimentel, José Perdomo y una curiosidad de Ramón Oviedo. La escultura en nuestro país, desde la fundación de la Escuela Nacional de Bellas Artes, compartió con la pintura la escena de las artes plásticas, a partes casi iguales, hasta mediados de los años cincuenta del siglo XX. Su lenguaje, en general, fue mucho más radical que el de la pintura, incluso, dentro de la obra de un mismo artista. Es una particularidad, que aun no siendo única del país nos gustaría que quedara en evidencia en esta exposición.
Deseamos dejar constancia, asimismo, del significado para nuestros creadores de los aportes del legado de Manolo Pascual, presente en la muestra con una estupenda escultura del Museo Bellapart y dos dibujos de las colecciones de Mario Martínez y Fernando Báez cuyos aportes han redimensionado esta «exposición-homenaje», Con ello, testimoniamos un profundo agradecimiento, a desprendimiento entusiasta de cada coleccionista, al cedernos la confianza de su valioso patrimonio.
1968 es la fecha de corte de nuestra exposición. En ese año, aparte de tomar Thimo Pimentel el relevo de Paul Giudicelli en sus experiencias con la cerámica, se fundó el «Grupo Proyecta», el «Grupo Friordano» y «Jueves 68”
El Grupo Proyecta constituyó un revulsivo en el contexto de las artes plásticas a nivel nacional, que apostó por la libertad creadora, sin concesiones, negándose, incluso, por su desacuerdo con las políticas de premiación, a participar en el concurso de arte de E. León Jiménez.
El 68 es también el año de fundación del Grupo Friordano. Un grupo fundado en Santiago, en el seno de la Universidad Católica Madre y Maestra, que tuvo un impacto importante sobre las artes plásticas, sobre todo en el arte joven. Realizaron innumerables exposiciones y un concurso juvenil que motivó significativamente el arte emergente.
Es un fenómeno que se da desde la provincia a la capital del país invirtiendo el sentido tradicional de los movimientos artísticos. Sus miembros, especialmente Orlando Menicucci y Danilo de los Santos han realizado aportes muy valiosos al arte nacional. Menicucci irrumpió como una revelación, con planteamientos pictóricos nuevos, muy libres, aportando otras alternativas en el contexto de nuestro mundo artístico.
Danilo de los Santos inició la bibliografía sobre la pintura dominicana
«La Pintura en la Sociedad Dominicana», Santiago, 1979), salvando los antecedentes de Manuel Valldeperes, con «El arte de nuestro tiempo (1957) y Dario Suro, con su ensayo «Arte Dominicano» (1969)
Sus investigaciones contenidas en su obra «Memorias de la Pintura Dominicana (2003), no tienen precedentes en los estudios relacionados con el arte del país. En su pintura, que expone en uno de los más bellos museos de Santiago.. y de la capital, que es su propia casa, ha ido esbozando -pienso en las Marolas y en otras vertientes de su mundo creativo-, una Teoría del Arte Dominicano, que no ha formulado pero es elocuente, a nuestro modo de ver, cuando se hace un recorrido por su obra artística, sus textos y su accionar como curador. Nos alegramos pues, de contar con tres representantes del Grupo Friordano, expuestos dentro de los límites que permite la sala Jaime Colson de la Escuela Nacional de Artes Visuales.