Innovación disruptiva

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En los últimos años, el término innovación disruptiva se ha popularizado en la literatura referente a la innovación, transferencia tecnológica y el crecimiento económico. En ese contexto, se ha utilizado para describir productos y servicios que provocan cambios radicales en un área o sector específico.

De forma amplia, el constructo describe un proceso evolutivo, o bien de un producto o bien de un servicio, que surge a partir de aspectos ignorados o no reconocidos previamente a su origen. Se identifican, con alta frecuencia, en pequeñas y medianas empresas ya que estas se enfocan en necesidades ignoradas o desentendidas por las grandes industrias –ya sea por su baja rentabilidad o bien por falta de identificar el mercado–.

Estas innovaciones disruptivas dan preferencia, como parte del proceso, pueden crear modelos de negocio bien diferenciados de los modelos tradicionales en que se insertan, los cuales buscan interactuar de forma simple con los clientes potenciales y potenciar el acceso al producto/servicio a bajo costo.

Como resultado de las disrupciones, se espera un movimiento en el mercado que inicia con la oferta y demanda del producto/servicio, incita a la imitación en el sector donde se encuentran instaladas y, finalmente se afianzan dentro de una red de valor para poder competir con las empresas tradicionales establecidas.

Hasta aquí, se entiende que la innovación disruptiva implica un proceso que se desarrolla a lo largo del tiempo: un aspecto interesante es que este constructo puede aplicarse, no sólo para entender los procesos de crecimiento de las empresas, sino que puede ser aplicado a cualquier tipo de organización.

Es importante considerar que, primero, no todas las innovaciones disruptivas pueden ser identificadas en sus inicios y, segundo, no todas logran tener éxito. El éxito dependerá, además de otros factores, de la aceptación del mercado y de la existencia de tecnología que propicie el desarrollo del producto/servicios vinculado al proceso de disrupción.

Un ejemplo de innovación disruptiva se identifica en la industria de la fotografía en la que la cámara digital no sólo reemplazó la cámara analógica, sino que también modifico toda la cadena de generación de valor de ese producto y, además, la forma de pensar en la fotografía.

Otro caso que puede ser identificado como un proceso de innovación disruptiva se registra en las organizaciones de educación superior, en las que la integración de las tecnologías, tales como la realidad aumentada y la inteligencia artificial están provocando cambios importantes en la forma de pensar los procesos de enseñanza-aprendizaje.