Qué es lo trágico del hombre que lo hace ser un asno

FILOSOFÍA Y VIDA ||

En El Ocaso de los Ídolos Nietzsche nos presenta la Máxima número 11, en la cual nos dice: “¿Puede resultar trágico un asno? ¿Perecer bajo una carga que no se puede llevar ni quitarse de encima?…Tal es el caso del filósofo”.

¿Qué es lo trágico del hombre que lo hace ser un asno? ¿Cuál es esa carga que el hombre no puede llevar?, ¿Cuál es esa carga que el hombre no puede quitarse? ¿Qué es aquello que creemos que nos libera y que en realidad nos esclaviza?

1- ¿Qué es lo trágico del hombre[1] que lo hace ser un asno?

El asno fue domesticado en Egipto apróximadamente en el año 4,000 a.C. Poseedor de un paso lento, corto y seguro, haciéndolo resistente a los lugares escarpados, y un ayudante ideal en los quehaceres del hombre del campo. Éste junto al camello son animales que hacen de la vida de los hombres más llevadera de acuerdo a su estillo de vida. El dromedario el cual se adapta muy bien a los terrenos secos, como el desierto, y que puede resistir sin tomar agua varios días, su domesticación data de unos 3,000 años.

Nietzsche compara al hombre con un asno[2], el cual tiene que soportar grandes cargas durante toda su vida, obligaciones que si el burro tubiese la oportunidad de elegir, muy seguro, que a pesar de su naturaleza de fortalezas, y su especialidad para ciertos tipos de trabajos fuertes, las rechazaría.

En el caso del hombre la mayoría de sus cargas las escoge él, creyendo que el peso de la imposición misma le aliviana tu trayecto. La mayoría de los individuos[3] eligen contraer nupcias[4], para formar una familia, lo que le impone y asume una serie de cargas que lo igualan al burro, ya que el asno no puede safarse del yugo de una carga la cual le han impuesto, en cambio, el hombre la ha tomado él mismo. Y así asume una serie de reponsabilidades sociales y particulares. A lo que se le ha llamado libertad personal.

Libertad Personal

Del latin libertas, condición del hombre que es liber, libre, no escalvo. El hombre es libre, en cuanto que es de condición no sometida o esclava. La libertad personal consiste en la independencia de las presiones o coacciones procedentes de la comunidad, sea como sociedad o bien como Estado.  Este ha sido lo que se nos ha enseñado, pero ¿es esta la realidad?. El hombre supuestamente no está coaccionado por algo o por alguien o por muchos, y creerse esto es lo que le da una carga que él mismo no puede llevar.

2. ¿Cuál es esa carga que el hombre no puede llevar?

El peso de creerse libre, libre de poder escoger entre el bien y el mal, a lo que han denominado ‘libre albedrío’, que para san Agustín este no es verdaderamente libre si no escoge el bien, y para santo Tomás de Aquino, no solamente se debe escoger bien y el bien, sino, elegir algo trascendente, Dios. Para Nietzsche el hombre carga con unos valores superiores, que son los del cristianismo, en nuestro caso, el hombre carga pesadamente con eso que le han enseñado impositivamente  con una supuesta claridad meridiana, la libertad.

Que puede ser mayor carga para un hombre que creerse libre, y como tal actuar, en cada momento de su vida, con la alegría extasiada de profesarse que es de él que dependen sus acciones, y que él mismo es el fundamento de lo que hace o deja de hacer, esta es la peor carga del hombre, creerse libre y no serlo.

Creer que no debe pensar sobre la libertad, ya que esta es un hecho inconcuso, algo solo superado en términos religiosos, por Dios, y si fuera satánico por Lucifer, y si fuera ateo por la naturaleza, pero en los  tres casos, el hombre maneja el concepto de libertad convencionalmente impuesto, no aceptado, impuesto. Y  peor aun, carga que el hombre no puede quitarse.

3. ¿Cuál es esa carga que el hombre no puede quitarse?

Nos enseñan que el hombre tiene que hacerse en cada momento de su vida, dice Ortega, no hay más remedio que decidir a cada momento lo que se va a hacer, lo que voy a hacer. Y como lo que hay que hacer es la propia vida, intranferible e insobornable, cada uno decide a cada momento lo que va hacer, y con ello lo que va a ser, inclusive cuando decide no decidirlo. Por lo tanto la libertad no es algo que tenemos, sino algo que somos, estamos obligados a ser libres.

Este último postulado, el lema de Sartre para gran parte de El Ser y La Nada. Dice: “La libertad humana precede la esencia del hombre y la hace posible; la esencia del ser se halla en el suspenso en su libertad. Lo que llamamos libertad no puede distinguirse, pues, sino que no hay diferencia entre el ser del hombre y su ser libre”.  En otras palabras el hombre no puede quitarse la carga de ser libre, porque, si decide aceptar algo, está haciendo uso de lo que lo libera, la libertad, y si elige no aceptar algo, ocurre lo mismo, y si opta por por no decidir si acepta o no acepta también está siendo libre.

Es, según nos han enseñado el hombre libre hasta cuando hacemos algunas cosas involuntariamente, como dice Aristóteles, si un tirano nos forza a cometer un acto malo (asesinar a nuestro vecino) amenazándonos con represalias (con la muerte de un hijo o de un familiar) en caso de no obedecerle, estamos entonces obligados a hacer algo a la vez involuntariamente (porque no queríamos hacerlo) y voluntariamente (porque hemos elegido, a pesar de todo, hacerlo).

Como sea que lo veamos, el hombre lleva sobre sí la carga de la supuesta libertad que nos libera, ante las cosas y mediante las cosas que hacemos, y al sentirnos libres en realidad hacemos nuestra vida, pero al hacer nuestras vidas, lo que logramos es existencializarnos, sentirnos hombres, hombres libres de las coacciones tanto sociales como personales, pero al fin creernos libres. ¿Pero por qué creemos que la libertad libera? ¿Por qué no puede ser lo contrario? Pensar que nos esclaviza.

4. ¿Qué es aquello que creemos que nos libera y que en realidad nos esclaviza?

Todos los autores han tratado de dar respuesta a cuales son los tipos de  libertad y se han referido, en el fondo, a la libertad de voluntad. Pero no se han interrogado sobre los efectos de la libertad, es decir, que hace la libertad, ¿Libera? o ¿Esclaviza? Tanto Ortega como Sartre se han acercado a esta postura, de la libertad como esclavitud. Asumiendo que el hombre está condenado a autodeterminarse y esta autodeterminación es lo que hace que sea libre. Pero ¿no sería más lógico afirmar que el hombre está condenado a ser esclavo? Porque si el hombre está condenado a ser libre, lo que es lo mismo, siempre está obligado a tomar decisiones. Entonces, asumiendo que lo que mueve a autodeterminarse es la libertad, siempre tiene que actuar bajo esa posibilidad de ser libre. ¿No estaría, de esta manera, la libertad esclavizando al hombre?

Ya que si siempre, estamos condenados a ser libres, la libertad nos está esclavizando, ya que nos autodeterminamos porque la libertad nos empuja, nos motiva, a actuar teniendo como fundamento la libertad. Por lo tanto, es esta la que nos posibilita la autodeterminación, que en el fondo, nos está esclavizando. Estamos condenados a ser esclavos, ¿de que?, de la libertad. El hombre es un prisionero de tener que decidir en cada momeno de su vida, y esto es lo que le hace esclavo.

No es el que tenga que decidir a lo que está condenado, es lo que lo faculta a tomar decisiones, lo que le esclaviza, ya que es un derecho que no puede dejar de lado; por tanto, cuando el hombre se enfrenta ante una dualidad cualquiera, que le exige una elección de acción, sea de afirmar o aceptar, de negar o rechazar, o de ser indiferente y no actuar, el hombre está siendo no libre de la esclavitud porque puede elegir, sino esclavo de la libertad porque lo obliga a tener que elegir siempre. Por lo tanto, independientemente de la libertad que analicemos, el hombre es, en el fundamento de sus acciones, no libre de la esclavitud, sino, esclavo de la libertad.

Parecería para algunos, un juego de palabra que no nos lleva a ninguna parte, pero, recordemos que las transformaciones personales y sociales se dan primero en los cerebros y luego se convierten en revoluciones sociales. Pero en cuanto a la esclavitud de la libertad, no es un juego de palabra tan simple, sino, que es un engaño de la humanidad, que sin temor a dudas podría forzarse y afirmar que Nietzsche y Marx dirían que es un engaño del mundo cristiano o creyente en algún ser supremo, porque al afirmar que la libertad libera y asociarla con el libre albedrío, y este estar fundamentado en la existencia de Dios, con el fin único de la salvación, es entonces no un juego de palabras, sino una manera de embaucar a los hombres para que siendo esclavizado en la mayoría de los casos no por la libertad, sino siendo esclavos de la esclavitud creean que están siendo dueños de sí mismo cuando en realidad, no saben que ni siquiera son parte de otro ser en este caso de Dios.

En el sentido de que no importa las acciones que realicemos estas tendrán una consecuencia religiosa, ya sea de salvación si te portas bien[5], o del envío fuera de la presencia de Dios[6] si tus acciones son mayormente malas; y como invento agustiniano si tus acciones son cincuenta por ciento buenas y cincuenta por ciento malas, entonces iría al Purgatorio hasta tanto pueda ‘purgar’ tus penas.

Lo que estamos diciendo, es que el hombre más que un ser libre, que vive sin coacción divina, es un individuo que no goza de la libertad, sino más bien, está esclavizado por la libertad, la libertad no libera porque no podemos obviarlas, no importando cual sea nuestra acción, y el creer que al actuar nos perfeccionamos en la libertad en realidad lo que hacemos si somos cristianos o creyentes en un ser superior, no es más que formar parte del entretenimiento de Dios, bajo el marco de que podemos hacer lo que queremos pero con un premio o un castigo de acuerdo a lo que hagamos, y si no somos cristianos o no creemos en ninguna fuerza sobrenatural, estamos de todos modos esclavizados por la libertad de tener que elegir siempre.

Por lo tanto lo trágico del hombre que lo equipara a un asno, es estar sometido al perecimiento de llevar una carga que no puede soportar y que no puede quitarse, el yugo de la supuesta libertad, que si es bajo un contexto religioso es un juego del ser supremo, y si es bajo el marco de un ateísmo,  la libertad misma se convierte en nuestra esclavitud.  Ya que estamos conminados a tener que elegir siempre, pero no por deseos personales, sino porque no tenemos otra opción que tener elgir siempre. Este es el gran engaño,  el hombre esclavizado de la libertad se siente feliz en este estado de esclavitud.

[1] Utilizaré el término ‘hombre’ en lugar de ‘filósofo’, porque solo filosofan los hombres, que sin ningún impedimento mental está en pleno uso de sus facultades intelectuales.

[2] Lo hace también con el camello. Nosotros utilizaremos el término asno o burro.

[3] Coloco la mayoría  no todos, ya que una cantidad consirable no se establecen en un matrimonio.

[4] Lo mismo le ocurre al hombre cuando quiere llevar a cabo cualquier deseo de superación académica, económica, religiosa, u otro tipo de acción, como practicar deportes. Por supuesto no rechazo la institución del matrimonio como unión de dos personas, lo que estoy es tomándolo como ejemplo.

[5] Concepto que utilizó Hesíodo para fundamentar la nueva religión privada de Grecia.

[6] Estar en la presencia de Dios se le denomina en términos cristianos (católico) la gloria, y fuera de la presencia ser infeliz, o estar en el infierno.