Eso que llamamos Filosofía

METACIENCIA ||
Edwin Santana, M.A.
Edwin Santana, M.A.

Desde el punto de vista etimológico, la palabra filosofía significa, literalmente, “amor por la sabiduría”. Puede decirse que esa definición etimológica del concepto filosofía fue la que primó en la Edad Antigua entre los pensadores griegos que fueron los primeros en dedicarse a analizar las cosas que les rodeaban y afectaban partiendo de una forma nueva y diferente de ver y explicar las cosas que suceden en el mundo.

Es por esa razón que Pitágoras de Samos (582-500 a.C.), a quien el historiador griego Diógenes Laercio (S. III d.C.) le atribuye el cuño del término filosofía, la define como “un afán de saber libre y desinteresado”, refiriendo a ese amor por el saber, a un deseo de conocer las cosas sin esperar remuneración de ninguna especie a cambio, y sin buscar una respuesta predeterminada, sino la verdad que pueda estar oculta a la simple apreciación o tras otros tipos de explicaciones.

Así mismo, en los tiempos de Sócrates de Atenas (469-399 a. C.), cien años después, y según las informaciones que nos llegan, se seguía definiendo el concepto por la misma línea. Sócrates agrega que “la filosofía es un afán que siente el ser humano por saber de sí mismo, es el amor permanente a la sabiduría y la búsqueda de la verdad de las cosas […] es la búsqueda de la verdad como medida de lo que el ser humano debe hacer y como norma para su conducta” (Terrones, 2009).

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Sin embargo, tal y como observa el alemán Johannes Hessen (1889-1971) en su Teoría del conocimiento (1992), quedarse en una definición partiendo de la etimología de la palabra resultaría demasiado vago como para obtener una delimitación esencial del concepto filosofía. Y, dando este postulado por válido, en lo adelante trataremos de ver otras propuestas que han hecho algunos pensadores para al final tener una idea menos confusa sobre cómo definir la filosofía.

David Hume (1711-1776) definía la filosofía como el conocimiento del ser humano, en orden al problema del conocimiento; pero para D´Alembert (1717-1783) la filosofía no es más que la aplicación de la razón a los diferentes objetos sobre los cuales puede ejercitarse la misma razón.

Para Hegel (1770-1831) la filosofía puede definirse, ante todo, de una manera general, diciendo que es la investigación de las cosas por el pensamiento: comocimiento de la Idea que se piensa a sí misma. Para él, solamente la filosofía es el pensar libre, puro, ilimitado; y para Husserl (1859-1938) la filosofía es, por esencia, la ciencia de los verdaderos principios, de los orígenes, de las raíces de todas las cosas.

Una definición ya más cercana a nuestros días propuesta por las hermanas Rosaura y Mercedes García-Tudury (1974) es la de filosofía como una “explicación de la realidad por sus causas primeras dentro del orden natural […] un conocimiento hijo de la reflexión fundamental y sistemática”. Esto así, porque la filosofía es considerada una búsqueda sin fin de unas verdades específicas que se distancian del mito y la religión porque no acepta explicaciones fantasiosas ni provenientes de seres sobrenaturales o ficticios, sino que intenta llegar a su objetivo a través del uso de la facultad humana del pensar, el ejercicio de la razón.

Y, en un ejercicio similar al que aquí nos proponemos, Pierre-Joseph Proudhon, (1809-1865) afirma que “la filosofía, según la significación etimológica de la palabra, la práctica constante de los pensadores, el resultado más real de sus trabajos, y las definiciones más acreditadas es la ‘investigación’, y tanto como puede hacerse, el ‘descubrimiento de la razón de las cosas’”.

Asimismo, el propio Johanne Hessen (1992), desde una perspectiva similar, propone una definición de filosofía inferida del contenido histórico de lo que se conoce como tal, tomando de los sistemas filosóficos más renombrados, lo que tienen en común. Hessen llega a la conclusión de que, esencialmente, la filosofía es “un esfuerzo del pensamiento humano por lograr una concepción del universo mediante la autorreflexión de sus funciones valorativas teóricas y prácticas”.

Como se ha visto, no parece tarea fácil la de definir el concepto de filosofía. De hecho, ni los propios filósofos han logrado ponerse de acuerdo en esta definición. No obstante, a manera de conclusión, puede proponerse una definición que sirva, al menos, para manejarse con un cierto acercamiento al concepto partiendo tanto de aquellas que proponen pensadores importantes en esa área del saber, así como de la propia observación de la actividad misma del filosofar. Esta propuesta bien podría ser la que sigue:

La filosofía es un saber racional riguroso, profundo y sistematizado caracterizado por una tendencia a la búsqueda de explicaciones, alejadas de lo fantacioso, y sobre la totalidad de los intereses humanos posibles.

Dicho de modo conciso, la filosofía es la forma occidental de pensar el mundo de manera racional.

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One comment

  1. Mercedes Estefanía Ruiz Cuevas

    Me pareció muy interesante me yeba a un sistema de pensamiento y razonamiento del aprendizaje

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