Justificación de la Filosofía

METACIENCIA ||
Edwin Santana, M.A.
Edwin Santana, M.A.

Vista como saber racional, que como tal busca sus respuestas a través del ejercicio de la reflexión y el pensamiento lógico, la filosofía puede verse como el fundamento de todo conocimiento racional y crítico, de toda búsqueda de saber cuyo método sea el uso de la razón, dado que su objeto de estudio está contenido en el conjunto de la totalidad de los intereses humanos.

Es por ello que se ha hecho común escuchar que la filosofía es la “madre de todas las ciencias”, porque, como sabremos, el concepto de ciencia etimológicamente proviene del vocablo latino scientia que se traduce como conocimiento. Pero ese conocimiento, para ser considerado como válido (como científico), tiene que ser -o por lo menos buscar ser- verdadero, y la búsqueda de la verdad, en la historia del mundo occidental, comienza con la filosofía.

Los griegos separaban el conocimiento verdadero (alcanzado por la vía de la razón), del conocimiento que daba directamente la experiencia, el contacto con las cosas físicas a través de nuestros sentidos y que podía ser formulado sin necesidad alguna de rigurosidad. Llamaron a este segundo tipo de conocimiento doxa (traducido como ‘mera opinión’) y reconocían la superioridad del primero (al que llamaron episteme) frente al segundo (la doxa), pues los primeros filósofos estaban convencidos de que lo que nos muestran los sentidos a través de la experiencia, no siempre coincide con la verdad.

Al reconocer a los sentidos como una fuente no fiable (o insuficiente) para llegar a la verdad, la filosofía es el primer saber de la actividad cultural humana en establecer un método que trasciende las percepciones sensoriales para conocer el mundo en el que el ser humano se desenvuelve.

Así nace la lógica, esa ciencia formal que viene a proveer el marco dentro del cual debe desenvolverse todo razonamiento para ser aceptado como válido y que sirve como soporte a través de la historia para las ciencias fácticas. Esto así, porque las ciencias no pueden darse el lujo ni de aplicar métodos que se alejen de un orden lógico, ni de presentar los resultados de sus investigaciones fuera de los límites de un discurso lógico.

Por otro lado, es importante resaltar que dentro de las actividades propias de la filosofía no se concibe la prueba empírica, la experimentación, y es ahí donde la filosofía termina su labor, dando paso a lo que hoy conocemos como ciencia; un saber cuya base es precisamente la experimentación, paso a través del cual llega a conclusiones importantes, y elemento del cual nos ocuparemos en el apartado dedicado a esos fines más adelante, pues la filosofía, de frente a la ciencia, también tiene un papel en lo que se refiere a la reflexión filosófica en torno a la actividad científica, que se conoce como filosofía de la ciencia o epistemología.

Como también se verá más adelante cuando se aborde el tema de la relación de la filosofía con los demás saberes, no es una verdad incuestionable el famoso dicho de que la filosofía sea madre de todos los saberes, porque realmente existen otras actividades de la cultura que tienen un estatus similar dentro de los intereses del ser humano, como por ejemplo, el arte y la religión, que no necesariamente han nacido históricamente del seno de la filosofía, aunque sí guarden estrechas relaciones con ella. No obstante, el problema es mucho más complejo que determinar cuál es superior o de cual nace una u otra. Un artículo no podría pretender ser suficiente para abordar el tema en toda su profundidad. Por eso lo que interesa aquí es la delimitación conceptual de la filosofía de manera que, al terminar esta línea de reflexiones, se pueda reconocer cuándo se está frente a un texto filosófico, religioso o frente a una obra de arte, por ejemplo.

La filosofía se justifica en las actividades propias del ser humano como una cuyo origen radica en el mismo sujeto. Si le llamamos deseo, como Lyotard, es un impulso que se origina en el ser humano.  Si se le llama reflexión, es una facultad del sujeto que piensa, capaz de cuestionar y cuestionarse. Si se le llama curiosidad, admiración, conocimiento, etc. se estará implicando siempre un impulso inmanente, interno en el ser humano, que le lleva a realizar ciertas acciones; en este caso, que le lleva a filosofar.

Según Ortega y Gasset, “el ser humano se dedica a la filosofía porque es actualmente nuestra forma de pensar, y necesita pensar para orientarse, porque, como no tiene instintos, tiene que saber qué son las cosas, para descubrir cuál es su misión entre ellas –vocación– y poder ser así feliz”.

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2 comments

  1. Eulogio Silverio

    Un título extraño Edwin, una interesante reflexión.
    Cuando lo leí me quedé pensando, pero frente a quien o quienes tiene la filosofía que justificarse. Después recordé la lucha que encabezó la Escuela de Filosofía tratando de explicarles a los pedagogos del MINERD la necesidad de que la Filosofía permaneciera en el programa de educación de niños y jóvenes, con nombre y apellidos propios.
    Aquello fue un esfuerzo inútil y un correr tras el viento, esa gente nunca logró entender tal necesidad y la eliminaron.
    Siendo realistas con el MINERD y la Filosofía ocurrió lo que tenía que ocurrir, pues no existe manera de hacerle entender a un sujeto la importancia del saber filosófico si la filosofía necesita ser justificada frente a él, la Filosofía es un saber de segundo grado que adquiere su importancia y valor precisamente en la cualidad de no ser un saber útil como lo sería saber técnico-científico.
    Su gran valor radica en su libertad para pensar, analizar y plantear los problemas.

    • Estamos totalmente de acuerdo, profesor Eulogio. No obstante, lo que realmente se intenta no es una justificación utilitarista de la filosofía en tanto actividad constitutiva del ser humano como ente con capacidades racionales altamente desarrolladas, sino una justificación gnoseológica que pueda llevarnos a establecer el lugar de la filosofía entre los intereses humanos, de manera que este lugar sea apreciable incluso por aquellos a los cuales se hace lastimosamente necesario explicarles que la filosofía es lo que es: el primer signo de progreso en la posibilidad del ser humano de habérselas con las complejidades del mundo exterior a sí.

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