El benceno (C6H6) es el hidrocarburo aromático por excelencia. Un hidrocarburo es un compuesto orgánico formado exclusivamente por átomos de carbono (C) e hidrógeno (H). El benceno es un líquido altamente inflamable. Esto significa que se transforma muy fácilmente en vapor y a bajas temperaturas se pone en condiciones de arder, es decir, que se puede incendiar con mucha facilidad.
Si analizamos las propiedades físicas y químicas del benceno, se debe concluir que es muy difícil encontrarlo en el interior de un automóvil colocado bajo la luz solar con las ventanas cerradas, tal y como plantea el alarmista del vídeo.
Aunque es muy probable que para la fabricación de los polímeros (plásticos) colocados en el interior del vehículo se haya utilizado benceno; éste cambió su estructura química al reaccionar con otras sustancias para producir el nuevo material plástico. Por tanto, para que se produzca una descomposición del plástico con la posibilidad remota de que se libere nueva vez el benceno, lo mínimo que tendría que pasar es que se produzca una reacción de combustión en el interior del automóvil.
Esto quiere decir que usted tendría que incendiar/quemar literalmente los plásticos interiores de un vehículo. Como químico estoy plenamente seguro de que la temperatura de inflamación de un plástico está alejada de la temperatura que se alcanza en el interior de un automóvil colocado bajo el sol con las ventanas cerradas. Y por tanto, se descarta la posibilidad de que se pueda producir una descomposición.
Sin embargo, se aprovecha este texto para decir que la temperatura que se alcanza en el interior de un automóvil colocado bajo el sol y con las ventanas cerradas provoca un aumento de la presión interna en la cabina del vehículo (como si fuera una olla de presión). Esto ha llegado a provocar que se rompan los vidrios de un vehículo con ligeros golpes sobre los mismos.
Además, el incremento de temperatura en el interior del vehículo es suficiente para acelerar las moléculas que forman el aire. Entre ellas, el cambio de velocidad de las moléculas de oxígeno provoca que si usted entra al vehículo inmediatamente abre la puerta tendrá la sensación de que sofoca. Ya que efectivamente, las moléculas del oxígeno van tan rápidas que usted necesita respirar con mayor rapidez para poder atrapar la cantidad de oxígeno que necesita.
Esta es la causa principal por la que las personas mueren en un incendio. Mueren asfixiadas no quemadas. Se asfixian porque el oxígeno se reduce por ser parte del sostenimiento de las llamas y, al mismo tiempo, el poco oxígeno que queda viaja muy rápido haciendo más difícil que se pueda inhalar la cantidad mínima necesaria para poder respirar.
En síntesis, el famoso vídeo del alarmista tiene poca o ninguna base científica. Por tanto, la presencia de vapores de benceno en el interior de un automóvil colocado bajo el sol y con las ventanas cerradas, es más un mito que una realidad.
No obstante, se recomienda que antes de abordar un vehículo estacionado bajo la luz del sol, con las ventanas cerradas; se abran todas sus puertas. De esta manera se logrará alcanzar, en pocos segundos, un equilibrio térmico con la temperatura ambiental y se reducirá cualquier otro inconveniente que en este momento sea desconocido por la ciencia y los conductores.
¡Qué emocionante es vivir con la conciencia que te dan los conocimientos básicos de la Química!