Hay muchas formas de expresar que el ser humano está muerto. En este texto se tratará de expresar la muerte desde un punto de vista químico.
Cuando decimos que estamos vivos es porque ocurren, entre otros tipos, una serie de fenómenos químicos simultáneos y permanentes. Fenómenos que pueden ser conocidos de manera exclusiva por la conciencia superior con la que ha sido dotada la especie humana.
El cuerpo humano cuál máquina perfecta se mantiene tibio gracias a la bomba que impulsa la sangre (el corazón). Y ante cualquier elevación de la temperatura, el cuerpo reacciona involuntariamente y procede a regular la misma mediante las glándulas sudoríparas ecrinas. Estas glándulas están distribuidas en casi toda nuestra superficie corporal y disipan nuestro calor a través del sudor.
Las sustancias venenosas de origen microbiano (toxinas) y, toda clase de sustancias extrañas que entren a nuestro cuerpo, son eliminadas por diferentes vías. Bien a través de las glándulas sudoríparas apocrinas ubicadas en la zona axilar y genital, o a través del hígado y los riñones.
Los dos párrafos anteriores son simples ejemplos de la grandeza de la naturaleza que gobierna la máquina humana. Sin embargo, la función esencial que caracteriza un ser humano vivo, sin lugar a dudas está asociada con el papel que desempeña el oxígeno.
El peligro de un paro cardíaco reside en que al cerebro le deja de llegar oxígeno. Un cerebro sin oxígeno colapsa y muere. Aunque los demás órganos reestablezcan sus funciones ningún ser humano podrá vivir con un cerebro muerto. Estos estados clínicos son los que se conocen como estados vegetales.
Por otro lado, un paro respiratorio implica nueva vez, al oxígeno. Interrumpir el proceso en el que el cuerpo inhala oxígeno y exhala dióxido de carbono significa dejar de respirar.
Respirar es una combustión. En la reacción de combustión, el oxígeno (O2) se une al carbono (C) y se produce el dióxido de carbono (CO2) como uno de los productos resultantes. Cuando no sale dióxido de carbono es porque el fuego se ha apagado. Cuando del cuerpo no salga dióxido de carbono es porque el cuerpo está apagado (se trata de un ser humano muerto).
Respirar es inhalar oxígeno y exhalar dióxido de carbono. Se muere cuando el cuerpo deja de exhalar dióxido de carbono. Por ende, una forma de expresar la muerte es señalando que en un cuerpo el dióxido de carbono exhalado es igual a cero.
Respirar es inhalar oxígeno y exhalar dióxido de carbono. Estar vivo es cuando el cuerpo toma el oxígeno del aire y lo convierte en dióxido de carbono. Así que, una forma de saber que estamos vivos es ser conscientes de que estamos respirando.
Vivamos con la conciencia de que estamos respirando, inhalando oxígeno y produciendo dióxido de carbono. Ya que desde el momento que se detenga este proceso la máquina humana iniciará con otros procesos químicos ajenos a la vida, y muy posiblemente con nuestra consciencia dormida.
¡Qué emocionante es vivir con la conciencia que te dan los conocimientos básicos de la Química!