Un plástico es un compuesto químico de origen natural o sintético (desarrollado por el ser humano). Los plásticos sintéticos son materiales no biodegradables, en consecuencia, le hacen daño a todo tipo de ser vivo. Un material no biodegradable es aquel que no puede ser descompuesto por bacterias, hongos y algas. La acción de las bacterias, hongos y algas permiten que en condiciones naturales los desechos sean descompuestos a sustancias químicas más sencillas que son las que hacen posible la vida.
Consciente de que la introducción del uso de los plásticos ha resuelto grandes necesidades a la humanidad, ya es hora de reevaluar el costo que estamos pagando por los beneficios recibidos.
La organización internacional «panda.org» ha reportado que al mar se arrojan trece millones de toneladas de plástico cada año. Esto equivale a tirar al océano un camión de basura cada minuto que pasa. Estiman que esta situación mata 100,000 animales marinos que confunden los plásticos con alimentos.
Las consecuencias negativas que esto provoca, ni siquiera son enteramente conocidas por la humanidad. Lo que sí está claro es la transformación planetaria que estamos sufriendo a todos los niveles. Y la aparición de nuevas enfermedades que van más rápido que los grandes avances médicos. En nuestro país debemos entender que nuestros ríos, arroyos y cañadas no son un basurero. Por el contrario. Son nuestra fuente de vida.
Resulta contradictorio que habiendo más profesionales de la salud y mejores técnicas médicas la gente siga muriendo a pasos acelerados.
Es tiempo de que pongamos la vida sobre los intereses económicos. Es preferible lavar pañales de algodón para los bebés. Vamos a comprar platos y vasos de vidrio. Regresemos al uso de materiales metálicos y duraderos. Jarritos de aluminio que duran para toda la vida. Jarritos esmaltados que no se cansan de ser usados. Es tiempo de que los supermercados se reinventen y puedan ofrecer sus servicios con un menor uso de plásticos desechables. Vamos a reducir el uso de plásticos por conciencia. Y que nuestro país no sea basurero de ningún otro país. Que cada gran país se quede con su propia basura plástica.
Disfrutemos la vida y garanticemos que sea duradera. Utilizar materiales biodegradables y eliminar el uso cotidiano de los plásticos en la medida de nuestras posibilidades.
¡Qué emocionante es vivir con la conciencia que te dan los conocimientos básicos de la Química!