El mito de la cultura

El «Reino de la Gracia» y el «Reino de la cultura»

Fecha del nacimiento de la idea de cultura

No nos parece del todo gratuito tomar como fecha simbólica de la «mayoría de edad» de la idea de Cultura (o del mito de la cultura) en cuanto mito político la de 1871, es decir, la fecha en la que comenzó el Kulturkampf de
Bismarck (el término fue acuñado por Virchow, el «fisiólogo ateo»). En cualquier caso, lo cierto es que diversos Estados, en nuestro siglo, han ido incorporando a sus constituciones el ideal de la cultura como norma constitucional; incluso se ha acuñado entre los juristas italianos el concepto de «constitución cultural» (por analogía con el concepto de «constitución económica» o «constitución social») para referirse a los principios que una constitución dada tiene relativos a la cultura[52].

La Constitución mejicana de 1917 podría considerarse como el primer texto superior relevante que registra la presencia de la voz cultura, como dice Prieto en la obra citada. También en la llamada «Constitución de Weimar» de 1919, artículo 18, aparece al adjetivo «cultural», o en la Constitución del Perú de 1920, en el contexto explícito de las «culturas étnicas» (Artículo 58: «El Estado protegerá a la raza indígena y dictará leyes para su desarrollo y cultura en armonía con sus necesidades»).

En el Preludio de este Ensayo citamos el artículo 44.1 de la Constitución española de 1978: «Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho».

Dice el artículo primero de la Declaración de principios de cooperación cultural internacional:

«1. Toda cultura tiene una dignidad y un valor que deben ser respetados y protegidos.

  1. Todo pueblo tiene el derecho y el deber de desarrollar su cultura. 3. En su fecunda variedad, en su diversidad y por la influencia recíproca que ejercen unas sobre otras todas las culturas forman parte del patrimonio común de la
    Humanidad».

El «mito de la cultura universal» se nos manifiesta en esta Declaración funcionando a toda máquina.

Saint Simon repoblar todos los continentes con europeos 

¿No había el propio Saint Simon proclamado la conveniencia de que los diversos continentes de la tierra fueran paulatinamente repoblados con europeos «por ser la raza europea superior a todas las demás»?

Saber la idea de identidad cultural, es saber contra quién o contra qué se dirige

Desde este punto de vista cabría aplicar aquí la regla general según la cual «saber lo que algo significa es saber contra quién ese algo está dirigido». Saber lo que significa prácticamente la idea de Cultura y, en particular, la idea de identidad cultural, es saber contra quién o contra qué se dirige, en las condiciones establecidas, es decir, principalmente, qué o quién amenaza a la constitución de la cultura de referencia, en tanto proceso práctico. Gustavo Bueno «El mito de la cultura» 

Montesquieu: Depostismo y Democracia

 (1) la dicotomía entre el poder de la desigualdad (de las monarquías) y el poder de la igualdad (dentro del cual todos los individuos son iguales, como ocurre con la república y con el despotismo; solo que en la república, inspirada por la libertad, «todos los individuos son iguales porque lo son todo»; mientras que en el despotismo, inspirado por el temor, «todos los individuos son iguales porque no son nada»);

(2) la segunda dicotomía que utiliza Montesquieu es la que pone a un lado a las monarquías y repúblicas (en cuanto gobiernos conforme a leyes, o para decirlo en términos ulteriores, en cuanto Estados de derecho) frente a los estados despóticos (en los cuales no hay propiamente leyes).

Gustavo Bueno «El mito de la cultura» 

Ciencias nomotéticas en el neokantismo (Antropología)

Wilhelm Windelband denomina ciencias nomotéticas a aquellas que tienen por objeto las leyes lógicas, es decir, las ciencias de la naturaleza, que buscan estudiar procesos causales e invariables.

Por el contrario, las ciencias cuyo objeto es el estudio de los sucesos cambiantes, como la economía, la sociología, el Derecho o la historia, son llamadas ciencias ideográficas.

Crítica de Platón a la democraia

En efecto, yo opino, al igual que todos los demás helenos, que los atenienses son sabios. Y observo, cuando nos reunimos en asamblea, que si la ciudad necesita levantar un edificio llama a los arquitectos para que aconsejen sobre la construcción a realizar. Si de construcciones navales se trata llaman a los ingenieros (armadores)… pero si hay que deliberar sobre los asuntos políticos [ton tes poleos diakeseos] entonces se escucha por igual el consejo de todo aquel que toma la palabra, ya sea carpintero, herrero o zapatero, comerciante o patrón de barco, rico o pobre, noble o vulgar. Y nadie le reprocha, como en el caso anterior, que se ponga a dar consejos sin conocimientos y sin haber tenido maestro. Gustavo Bueno «El mito de la cultura» 

Los emperadores eliminan mucho mitos de los pueblos que sometian

La acción política —coactiva— de los emperadores romanos después de Constantino desmitificó, sin duda ninguna, muchas ilusiones míticas alimentadas por las religiones mistéricas (adoradores de Mitra, de Attis, de Cibeles, milagros y supersticiones promovidas por magos, chamanes o hechiceros). Pero a condición de instaurar una nueva mitología. Gustavo Bueno «El mito de la cultura»  Pág. 27

El mito del dios cazador africano

(Desde el punto de vista de una teoría operatoria de los mitos, el mito del dios cazador africano, por ejemplo —según el cual hay un dios de la selva que utiliza el arco iris como arco y los rayos de la tormenta como flechas—, no es otra cosa sino la construcción de una analogía tecnológica a partir de ciertas semejanzas abstractas que necesitan, para cerrarse, de la invención ad hoc de un gigantesco sujeto operatorio —el dios cazador— que se apoya en la analogía tanto como esta en él). Gustavo Bueno «El mito de la cultura»  Pág. 27

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