Ética y Moral: ideas para dialogar

William Gregorio Mejía Chalas
William Gregorio Mejía Chalas

El concepto general de ética según varios autores procura hacer un énfasis fundamental en la raíz etimológica de la palabra. Viene de una matriz griega que significa carácter, y, según Aristóteles, éthos costumbre)[1]. Pero para otros escritores el vocablo griego ‘éthos’ tiene un significado más amplio que el que se ha dado al término ‘Ética’; “Lo ético comprende, ante todo, las disposiciones del hombre en la vida, su carácter, sus costumbres, y, naturalmente, también lo moral. En realidad, se podría traducir por “modo o forma” de vida, en el sentido hondo de la palabra, a diferencia de la simple “manera”[2]. Pero no solo Zubiri hace esta afirmación ya que Heidegger realiza una fundamentación igual: “Éthos significa estancia, lugar del morar. La palabra nombra la zona abierta donde el hombre mora. La abertura de su estancia hace aparecer lo que le adviene a la esencia del hombre…[3].

Ambas afirmaciones se enmarcan en la postura de que la Ética usualmente se hace referencia como el estudio de los actos humanos lo que parece incongruente con la etimología de la palabra que no significa “acto” sino “carácter”. Como vimos anteriormente[4]. Ahora bien Si por moral hay que entender el conjunto de normas o costumbres (mores) que rigen la conducta de una persona para que pueda considerarse buena, la ética es la reflexión racional sobre qué se entiende por conducta buena y en qué se fundamentan los denominados juicios morales. (juicio moral es cuando hacemos un señalamiento sobre si alguien actuó de acuerdo a su deber moral o no, o si es moralmente correcto su accionar)[5]. O “Si los actos humanos se realizan con libertad en relación al último fin y, en consecuencia, determina un acto bueno o malo, no extensible a los actos no libres”[6].

El ser humano no viene hecho, no nace formado completamente, ni físico ni espiritualmente, sino que tiene que ir haciéndose en todos los elementos constitutivos que le envuelven, desde una simple asociación de acciones hasta aprender a comer, y desde luego la formación de su propia personalidad. Desde este punto de vista nos damos cuenta entonces de que el carácter es el modo de ser adquirido durante la vida; el éthos de un individuo no es natural, en el sentido de que no lo trae consigo al momento de nacer. Sino que es la personalidad moral que se hace al vivir. Por eso, los actos humanos realmente no están desligados del éthos, solo que reducir el objeto de la Ética a este tópico es simplificarlo[7].

La moral se presenta primeramente como un fenómeno originario humano. En la conciencia, sobre todo en la experiencia de la culpa, el individuo experimenta la diferencia entre las propias acciones buenas y las malas. En las culturas de todos los pueblos se encuentran mandatos, normas de conducta y criterios de valoración según los cuales ciertas acciones particulares se aprueban como dignas de encomio, e incluso se prescriben como obligatorias, y otras se prohíben como rechazables. La Ética va más allá de una ciencia social descriptiva de lo moral. Por ejemplo, no es una historia de la cultura, ni una etnología, ni una sociología que, con libertad valorativa, describe y analiza las estimaciones fácticas de otros. Las rebasa por el hecho de que, como disciplina filosófica, pregunta por las razones últimas de los fenómenos morales y así quiere llegar a una metafísica de las costumbres, y por el hecho de que como disciplina normativa (filosofía práctica), investiga y fundamenta justificadamente, en su sentido y validez objetiva, determinadas normas morales de los ámbitos particulares de la acción humana, tanto del individuo como de las comunidades[8].

Los actos iguales engendran los hábitos, disposiciones permanentes que, en su conjunto, se integran en la forma unitaria del carácter. Sin embargo, este “modo de ser” es, a su vez fuente ya estable de los actos con la marca y sello de su autor. Podríamos afirmar que estos hábitos dependerán grandemente de la “situación” del hombre ante un determinado hecho. Situación que dependerá de la formación integral del individuo, así como de su medio ambiente. Se puede incluso a partir de estas afirmaciones anticipar en cierta manera la parvedad del mediocre y el fruto de sus acciones, como también las acciones del “hombre lábil”, pero sin que tales anticipaciones se puedan tomar como absolutas; el humano no puede ser nunca asimilado a un robot moral, puesto que sin responsabilidad y la libertad que la precede no habría comportamiento moral propiamente tal[9].

En una primera aproximación podríamos afirmar que el objeto de la Ética son los actos, hábitos y el carácter. Al respecto se refiere José Luis Aranguren cuando afirma: “Hay pues un ‘círculo’ entre estos tres conceptos, modo ético de ser, hábitos y actos, puesto que el primero sustenta a los segundos y estos son ‘los principios intrínsecos de los actos’, pero recíprocamente, los hábitos se engendran por repetición de actos y el modo de ser se adquiere por ‘hábito’[10].

Es fundamental detenernos un poco en lo que realmente es “moral” ya que con mucha frecuencia usamos ambos términos como si fueran iguales. “la moral es un elemento tan constitutivo del ser humano, como su condición de ser mortal, finito, limitado… Es adecuado, pues, hablar del ritmo de los cambios morales, pero del todo dado que la moral es inherente a la condición humana y a la vida en sociedad”[11]. Pero de una manera más sucinta podemos decir que moral: “son las reglas de conducta propias de una sociedad dada, o bien consideradas como absolutas y universalmente válidas. Parte de la filosofía que trata de la conducta y de las prácticas humanas en relación con la idea del bien”[12]. De la misma forma que su etimología. Moral viene del latín “mos” que significa costumbre, pero en realidad, esa costumbre se entiende como ‘costumbre buena’, y en cuanto tal es obligatorio que todos la obedezcan. La moral de lugar es el modo como deben vivir y actuar las personas. Ante esa costumbre normalmente no hay crítica ni reflexión sobre el canon que prevalece en esa sociedad. Las cosas morales son así y no se discuten[13].

[1] “Ética” diccionario Herder en CD Room.

[2] Zubiri, X.: Naturaleza, Historia, y Dios p. 194. En: Rodríguez Rubio, A.; Ethica Nova p.2.

[3] Heidegger, M.; Carta sobre el humanismo. p.55 En: Rodríguez Rubio, A.; Ethica Nova p.2.

[4] Cfr. Ibíd. P. 2

[5] Cfr. “Ética” diccionario Herder en CD Room.

[6] Gay Bochaca.; Curso de filosofía fundamental p.251

[7] Rodríguez Rubio, A.; Ethica Nova p.2.

[8] “Ética” en: Brugger, W.; Diccionario de filosofía. p. 222

[9] Rodríguez Rubio, A.; Ethica Nova p.3

[10] Aranguren, J. L.; Ética. P.212 en: Rodríguez Rubio.: A.: Ethica Nova p.3

[11] Rodríguez Rubio.: A.: Ethica Nova p.5

[12] “Moral” en: Robert, F.; Diccionario de términos filosóficos. P.57-58

[13] Rodríguez Rubio, A.; Ethica Nova p. 6

[14] Brunet, G.; Ética para todos. p. 17

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