La inteligencia artificial ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años, y ha comenzado a revolucionar distintas industrias, incluyendo la fotografía y la música. Sin embargo, esto ha generado una serie de interrogantes y debates en torno a la autenticidad de las creaciones generadas por una máquina y su relación con las obras producidas por seres humanos.
En el ámbito de la fotografía, recientemente se ha desatado una polémica en torno a la decisión de los Sony World Photography Awards de premiar una imagen generada totalmente por inteligencia artificial (Ver aquí). El artista que creó la obra decidió no aceptar el premio, bajo el alegato de que él entiende que la fotografía debe ser producida por seres humanos. A pesar de haber informado a la organización acerca del uso de IA en la creación de la imagen, ésta fue elegida como ganadora, lo que ha generado una discusión sobre los límites entre la fotografía real y la inventada por una máquina.
Por otro lado, en el ámbito musical ha surgido una controversia en torno a una supuesta canción de Drake y The Weeknd -raperos- que fue generada con una interfaz de inteligencia artificial que recrea las voces de los artistas (Ver aquí). La canción nunca ha sido cantada por ellos y no la conocen, pero ha sido viralizada en Internet. Esta situación ha planteado la pregunta de si existe un derecho de autor sobre una canción generada por una máquina y si se deberían reconocer derechos de voz o algo similar.
Como puede verse, la aparición de la inteligencia artificial en la producción artística ha desencadenado una serie de debates acerca de la autenticidad, la originalidad y los límites entre lo producido por seres humanos y lo generado por una máquina. Estos debates son necesarios para definir el papel de la tecnología en el mundo del arte y para establecer criterios éticos y estéticos en el uso de la inteligencia artificial.