Palma Sola, ubicada en la comunidad de Las Matas de Farfán, provincia San Juan de la Maguana, había sido el centro de un movimiento religioso inspirado en las creencias de Olivorio Mateo Ledesma o Papá Liborio. El credo liborista (Olivorista) se practicó de manera clandestina para evitar la represión tanto durante la ocupación estadounidense (1916-1924) como bajo la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961).
Sin embargo, en medio de este contexto político, se produjo un evento relacionado con el culto a Liborio Mateo, conocido como, un curandero y profeta que se destacó después de una revelación. Sus predicciones sobre eventos importantes le valieron reconocimiento como un Mesías divino, y su vida presentaba similitudes con la de Jesús Cristo.
El movimiento de Liborio surgió en un momento de cambios rurales y leyes agrícolas perjudiciales impuestas por los estadounidenses en 1916. Liborio se convirtió en defensor de los campesinos y se opuso a la ocupación estadounidense, lo que llevó a persecuciones. A pesar de acordar entregar armas en 1920, su movimiento enfrentó confrontaciones con las tropas de intervención, y Liborio fue abatido en 1922.
Tras la caída de Trujillo en 1961, el movimiento liborista, renombrado como Unión Cristiana Mundial, resurgió con los Mellizos Ventura como líderes, atrayendo a miles de seguidores. Esto provocó la persecución y el genocidio que comenzó el 28 de diciembre de 1962.
Las elecciones nacionales del 20 de diciembre de 1962 llevaron a la victoria del profesor Juan Bosch, líder del Partido Revolucionario Dominicano, derrotando a la oligarquía representada por la Unión Cívica y su candidato, el Dr. Viriato Fiallo.
En la década de 1960, los mellizos revivieron el culto a Liborio en Palma Sola, atrayendo la atención de miles de personas que creían que el espíritu de Liborio estaba presente en ellos. En Palma Sola, los Mellizos establecieron una iglesia y tres calvarios, donde los nuevos seguidores realizaban juramentos y misiones de sacrificio en busca del perdón.
La fe en los Mellizos y en Liborio era tan poderosa que muchos creían que tenían la capacidad de sanar a los enfermos. La comunidad de Palma Sola experimentó un crecimiento significativo debido a la constante afluencia de personas en busca de la palabra de Liborio a través de los Mellizos. Este culto a Liborio continuó desempeñando un papel importante en la vida de la sociedad dominicana.
Los Mellizos se movían libremente de un lugar a otro para visitar a amigos y seguidores, ganando rápidamente reconocimiento y seguidores de pueblos cercanos. A pesar de la distancia entre ellos, uno de los Mellizos, León Romilio Rodríguez Ventura, residía en Caña Segura, mientras que su hermano y compañero de ministerio vivía en Carrera de Yeguas. La llegada de visitantes era constante, y algunos antiguos creyentes de San Juan de la Maguana se trasladaron para estar cerca de los Mellizos, asegurando que el espíritu en ellos era el mismo que el de Liborio.
El traslado a Palma Sola marcó un nuevo capítulo para los Mellizos, ya que la comunidad creció en torno a ellos. La iglesia y las casas construidas para enfermos y colaboradores se convirtieron en el centro de actividad, y la presencia de los Mellizos atrajo a miles de personas que buscaban la fe y el perdón a través de su enseñanza.
Sobre los eventos del 28 de diciembre de 1962 en Palma Sola, John Bartlow Martin describe en su obra «El destino dominicano» la versión oficial de la siguiente manera:
Según esta versión, el general Rodríguez Reyes había ido a Palma Sola únicamente para hablar con los hermanos Ventura. Al parecer, el lugar estaba rodeado por una empalizada y dentro de esta había cabañas, una plataforma de oraciones y caminos y círculos de plegarias marcados con piedras blancas. Aunque inicialmente parecía desierto, de repente, cientos de hombres salieron de las cabañas y mataron a palos a Reyes.
La policía, al aproximarse, utilizó gases lacrimógenos y armas, desencadenando una batalla. Tres oficiales de policía resultaron heridos. Durante el enfrentamiento, la policía mató a entre 20 y 25 feligreses, incluyendo a dos de los hermanos Ventura.
Además, capturaron a 673 prisioneros y confiscaron tres sacos de arroz llenos de armas. Posteriormente, quemaron Palma Sola, dejándola en ruinas. Aproximadamente 500 peregrinos huyeron a las montañas, siendo perseguidos por dos compañías contrainsurgentes y aviones P-51 que los ametrallaban desde el aire. La noche anterior, el coronel Wolfe, jefe de la MAAG, fue convocado al Palacio y se le solicitó proporcionar cuatro helicópteros para enviar tropas a las montañas, 500 proyectiles de calibre 2-7 y 60 tanques de NAPALM para los P-51. Wolfe se limitó a informar sobre esta solicitud a King y Shlaudeman.
Martin y King visitaron al presidente Bonnelly, quien se mostró profundamente afectado por los eventos, especialmente por la muerte de Rodríguez Reyes, a quien consideraba uno de los mejores. Bonnelly compartió una versión similar a la de King y Shlaudeman, mencionando que García Vázquez logró salvarse arrojándose en una zanja. Estaba convencido de que los Mellizos habían tenido armas y comunicó que los militares dominicanos planeaban destruir cualquier otro campamento de los Mellizos y dispersar a los prisioneros por el país. Bonnelly también acordó que era mejor que Estados Unidos se mantuviera al margen de la situación.
Más tarde, Cass y Long, vestidos con uniformes de campaña sucios y polvorientos, llegaron a la residencia de Martin para reportar lo que habían visto. Ellos habían acompañado a las tropas a Palma Sola. Según su relato, Rodríguez Reyes había ido solo a Palma Sola y estaba hablando con uno de los mellizos, tratando de convencerlo de que los peregrinos debían dispersarse. Un altercado estalló cuando un policía intentó desarmar a un hombre con una daga.
En el caos que siguió, un Mellizo apareció con un machete, el policía disparó, y decenas de seguidores de los Mellizos salieron de sus casas. La policía comenzó a lanzar gases lacrimógenos, pero estos se volvieron en su contra debido al viento, y se desató una pelea generalizada y un caos de gas y polvo, durante el cual Rodríguez Reyes murió golpeado con palos.
Lo que sucedió después de aquello no fue una batalla sino una carnicería. Cass y Long contaron 44 cadáveres de cofrades. Algunos habían sido asesinados en sus cabañas. Otros estaban en el camino de salida, se los llevaban prisioneros y luego los mataban en venganza. Muchos de los muertos eran viejos, más dos mujeres y un niño. Cass y Long estaban seguros de que habían perseguido a muchos otros y de que los habían matado en las montañas. También habían quemado las chozas con los cuerpos dentro. Las tropas estaban terminando la limpieza en aquellos momentos. Lo peor de todo era que Cass y Long estaban seguros de que los mellizos no tenían armas. No había habido ningún disparo. Cass dijo simplemente: «Fue matar por matar».
Le pregunté si era posible que Rodríguez Reyes hubiera muerto por la espalda de un disparo de alguno de sus hombres. No lo sabían. King no sabía si le habían practicado la autopsia. Probablemente no. El cuerpo de Rodríguez Reyes ya estaba enterrado.
Hoy podemos decir, 61 años después, la historiografía aún no ha esclarecido del todo los motivos de dicha masacre y el número de muertes. Es un tema pendiente para los historiadores, sociólogos y antropólogos actuales.
Sobre este acontecimiento, se han realizado varias investigaciones de importancia, entre las que se destacan las siguientes:
Archivo General de la Nación, Misión de Palma Sola. Dirigido por Aquiles Castro y otros trabajos audiovisuales y etnográficos.
Domingo Antonio Bautista Mejía. «La historia de Palma Sola.» Estudios Sociales Año XXI, Número 74. Octubre–Diciembre. AGN. Pág. 14.
Martha Ellen, Davis. (Comp.). «La Ruta hacia Liborio. Mesianismo en el Sur Profundo Dominicano.» Santo Domingo: Manatí. 2004.
Lusitania Martínez. «Palma Sola: Opresión y Esperanza.» Ediciones CEDEE. Santo Domingo, República Dominicana. 1991.
Entre otros.