Los acontecimientos de la noche del 27 de febrero de 1844 están plasmados por diversos autores, interpretados según la perspectiva de quien suscribe. En este caso, tomaremos los planteamientos del Dr. Cassá en su obra Antes y después del 27 de febrero.
Algo antes de las once de la noche del 27 de febrero, se congregó en la Puerta de la Misericordia, detrás del matadero, un primer contingente de personas que no debía pasar de un par de cientos. La posición ya estaba garantizada por la complicidad de soldados apostados en las cercanías, ya que Joaquín Puello, temprano en la noche, había tomado previsiones para neutralizar un posible ataque reactivo de antiguos esclavos desde Pajarito. Orientados desde su escondite por Sánchez, los dirigentes operativos también habían obtenido el compromiso de oficiales en varios puntos clave de la ciudad, como el puerto y la Puerta del Conde. En esos instantes, se produjo el célebre disparo de Mella, quien se encontraba al frente de los manifestantes.
Según el cónsul Saint Denis en su obra Correspondencia del cónsul de Francia, relata que el 27 de la noche fue el momento fijado para esta tentativa audaz. Las autoridades estaban alertas, y la inquietud era generalizada. A pesar de ello, se esperaba que el orden no sería alterado. El vicario general y personas muy influyentes realizaron esfuerzos inútiles para convencer a estos jóvenes de que tuvieran propósitos más razonables. Estos se mostraron inquebrantables, y como se había anunciado, la señal fue dada a las 11 de la noche mediante una descarga de mosquete disparada al aire. Media hora después, la ciudadela respondió con dos cañonazos en señal de alarma. Se cargaron cinco piezas de artillería en dirección a las calles que llegan a la ciudadela.
José María Serra, presente esa noche y autor de los apuntes, ofrece una descripción que destaca un ambiente de celebración. A lo largo de la noche, el gobierno simplemente se mantuvo a la expectativa, mientras que la población se congregó a nuestro alrededor, creando la sensación de estar inmersos en un festín nacional más que en una revolución. Con la combinación de la luz naciente de la aurora y la igualmente espléndida luz de la luna que nos acompañó durante la noche, se escucharon el estruendo del cañón, el alegre toque de la diana y la vibrante voz del himno patriótico, que se elevaba melodiosa, reminiscente del canto de diversas aves en el campo.
Cuando nos referimos a la independencia de la República Dominicana, se da por entendido que esta se consolidó la noche del 27 de febrero de 1844, percepción que las personas logran cambiar desde que comienzan a profundizar en la historia y los eventos que se suscitaron a raíz de la proclamación de la misma. La noche del 27 fue el inicio de lo que serían más de diez años de luchas constantes para consolidar el proceso de independencia en nuestro país.
Las luchas con los haitianos después de la separación abrieron los caminos a la formación de los organismos institucionales propios de un Estado para defender el territorio de la amenaza de invasión por parte de los haitianos. La mayoría o casi todas las luchas armadas fueron en territorio dominicano, destacando en ellas grandes personalidades que fueron figuras determinantes en cada batalla o encuentro.
Hoy se discute que las batallas más importantes fueron las del 19 y 30 de marzo de 1844, El Número y Las Carreras del 1845. En tal caso, se puede afirmar que cada choque y batalla fue importante en su momento e inspiradora para los dominicanos que vencieron en la mayoría de ellas, motivo por el cual cada victoria era una inspiración más para seguir luchando por su nueva patria.
Para nadie es un secreto que se ha intentado crear una nación que tenga conciencia al referirse a los temas de la patria y su propia historia, pero ha existido un enfoque que tal vez se aleje de la realidad en cuanto a nuestra historia.
Referencia bibliográfica.
Cassá, Roberto. Antes y después del 27 de febrero. Santo Domingo, 2016.
Correspondencia del Cónsul de Francia en Santo Domingo, 1844-1846. Edición y notas de E. Rodríguez Demorizi, C. T., 1944.
Serra, José María. «Apuntes para la historia de los trinitarios, fundadores de la República». En Jorge Tena Reyes, Duarte en la historiografía dominicana. Santo Domingo, 1976.