Aunque el hecho literario se asume como un acto de extrema individualidad, compartir lo que se escribe y recibir oportunas sugerencias, es una oportunidad bastante sana para mejorar lo escrito. Es por ello que los talleres literarios cumplen con un rol importante dentro de la formación de un escritor, ya sea de carrera, como lúdico. Sospecha Colectiva, la nueva publicación del Taller de Narradores de Santo Domingo, es un ejemplo tangible de que el ejercicio literario es posible también a través de disciplina de grupo. Ya varios investigadores en el campo de la psicopedagogía, han hablado del aprendizaje cooperativo Vygotsky fue uno de los pioneros de esta teoría que aún hoy, sigue aportando beneficios a la comunidad no solo educativa, sino también a la de la creación literaria.
El manejo de la técnica narrativa fue uno de los elementos a considerar a la hora de seleccionar los textos que iban a ser incluidos en la selección. Según Lapesa las técnicas narrativas puedes ser: circular, lineal, retrospectiva…. Entonces los cuentos de los integrantes del taller que evidenciaran el manejo de estas técnicas narrativas, pues fueron los seleccionados para ser publicados. El comité editorial estuvo compuesto por: Eulogio Javier, Vicente Arturo Pichardo, Ricardo Cabrera, Héctor Santana y Víctor de Frías.
Los cuentos que contiene esta sospecha colectiva son: “Necesito fumar” de Elayne Abreu, “El silencio de Sixto” de Gladys Almonte, “El turno” de Valentín Amaro, “La invasión de los elefantes” de Rodolfo Báez, “Stevenson no desdobló su ego” de José Alberto Beltrán, “¿No ves llorar a los peces?” de Miguel Ángel Beltré, “Significa sombras” de Fernando Berroa, “Ítaca en llamas” de Ricardo Cabrera, “Un affaire virtual” de Carlos Díaz, “Sandy cebolla” de Inés García, “Cicuta con sabor a café” de Niurka Herrera, “La segunda redención” de Eulogio Javier, “Breve estudio de un motorista paranoico” de Isidro Jiménez Guillén, “Pasajero nervioso” de Nicolás Jiménez Quezada, “Solo ejecuta” de Lusmerlin Lantigua, “Los simuladores” de Lady Laura Liriano, “La botija” de Ramón matos, “La moneda” de Aracelis Mireles, “Esquizofrenia” de Adalberto Morillo Pichardo, “La mente, el verdadero campo de batalla” de Iván Payano Tejeda, “Papito y Telín” de Salvador Pérez Adón, “Declaraciones” de Vicente Arturo Pichardo, “Amarilla” de Raisa Pimentel, “¿Puedes mirar debajo de la cama?” de Yuni Ramírez, “Desdoblamiento”, de Jesús Alcedo Sánchez, “Asignatura pendiente” de Moisés Santana Castro, “Ungry Young girls” de Héctor Santana, “La libertad” de Francis Santos, “Gritos ahogados” de Deisy Toussaint.
Este libro sale a la luz pública, bajo los auspicios de la Editora Nacional del Ministerio de Cultura, a través de la Dirección General de Talleres Literarios, beneficia a los lectores jóvenes, pues están representados en esos escritores también jóvenes que tienen una sensibilidad desarrollada en el contexto de los nuevos tiempos. Además que dejará, a futuros miembros de talleres literarios, un legado de esfuerzo y trabajo de grupo.
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Fuente: listindiario.com