Como escritor modernista, Quiroga trabajó un matiz narrativo muy enriquecedor y a su vez, muy correlacionado a lo que posteriormente, serían las vanguardias. Al observar este contraste entre lo fantástico y lo real, entre un plano comunicativo muy versátil y enriquecedor, su escritura detona aspectos que están orientados hacia dos planos narrativos.
Lo sobrenatural, es otro tópico dominante durante la estructura del cuento. Ausente al principio, este aspecto será el que determine el desenlace. Al igual que otros cuentos de Quiroga (Cuentos de la selva, Historia de un amor turbio), lo insólito se inserta poco a poco, mediante pequeños incidentes:
«La siesta pesaba, agobiada de luz y silencio. Todo el contorno estaba brumoso por las quemazones. Alrededor del rancho la tierra blanquizca del patio deslumbraba por el sol a plomo, parecía deformarse en trémulo hervor, que adormecía los ojos parpadeantes de los foxterriers.»
El anterior párrafo, muestra una de las escenas más próximas a la muerte de Mr. Jones. Al concluir con una narrativa descriptiva y realista, pasamos poco a poco, a la construcción pesimista y turbia, de la muerte de nuestro protagonista. Sin embargo, este «pasaje narrativo», no sucede en un plano consecuente: el autor inicia una travesía entre el dialogo de los perros (plano ficcional) y el cansancio de Mr. Jones (plano real).
Aspectos como la alucinación y los delirios de Mr. Jones, visto por los perros, constituye un juego narrativo entre el protagonista y los perros.
«Fue en ese momento cuando Old, que iba adelante, vio tras el alambrado de la chacra a míster Jones, vestido de blanco, que caminaba hacia ellos. El cachorro, con súbito recuerdo, volvió la cabeza a su patrón, y confrontó. —¡La Muerte, la Muerte! —aulló.»
Veiravé (2001) nos explica que la combinación de los delirios y alucinaciones es una inspiración directa en los cuentos fantásticos en la literatura europea (Hoffman, Maupassant) así como la americana (Edgar Allan Poe), ubicándose específicamente en la mente de los perros. Con este procedimiento, Quiroga logra que sea más verosímil la acción en el cuento, pues solo se presenta al lector con una visión animal, dentro de este territorio fantástico.
Es importante que, al observar este cuento no solo nos vemos frente a una gran obra narratológica. Sino que, también tenemos una estructuración del tiempo muy interesante y relacionada con la finalidad misma del cuento. El tiempo en que se desarrolla la acción es cronológico y este se cumple en dos etapas.
La primera comienza al amanecer, cerrando en la noche. Es un día completo, pero conciso. En este primer día se comienza a puntualizar aspectos muy realistas, que darán paso al desenlace del final. Se coloca desde esta primera etapa, como la carrera del sol modifica al ambiente. Este clima afecta tanto a los hombres como a los animales:
Los hombres (……volvieron a las dos a la carpición, no obstante, la hora de fuego, pues lo yuyos no dejaban de algodonal).
Los animales (Se alejaron con lentitud a echarse de nuevo al sol. Pero el calor creciente les hizo presto abandonar aquél por la sombra de los corredores).
La segunda etapa comienza al igual que la primera al amanecer (del día siguiente) y culmina a la hora de la siesta. El sol ahora es tan fuerte como si fuera el fundidor de todo lo que esta alrededor. La siesta por su parte es pesada, agobiada y con un silencio imperante. En esta etapa, el narrador acentúa los tonos dramáticos tanto del plano real (Mr. Jones se encuentra asfixiado por el sol) y el plano fantástico (los animales se encuentran en mal estado) lo que posteriormente dará paso al aniquilamiento. Por tanto, cuando nos aproximamos al final Mr. Jones dirá: Sentíase en el aire, como si dentro de la cabeza le empujarán el cráneo hacia arriba. Se mareaba mirando el pasto. Y en este mismo plano, el autor expresará de los: A veces, asfixiados, deteníanse en la sombra de un espartillo; se sentaban precipitando su jadeo, pero volvían al tormento del sol.
La unión temporal del cuento, en dos etapas permite una unión entre el principio y el final, en dos jornadas, no demorando la tensión de lo que se narra. Después de la muerte de Mr. Jones, el tiempo narrativo se detiene para expresar el desenlace. En el último párrafo, Mr. Moore (tío de Mr. Jones), estuvo una hora en la finca, que, en cuatro días líquido, repartiéndose los indios los perros. El relator asume también, un papel de narrador objetivo y omnisciente: es testigo de los hechos que cuenta y también de los temores, sentimientos y pensamientos de los perros.
Observar la producción narrativa de este cuento, nos evoca directamente a una admirable apreciación de una de las tantas joyas del modernismo hispanoamericano. A pesar de que la narrativa durante esta época de la literatura no fue tan floreciente y prominente, como la poesía, podemos denotar características muy singulares y cruciales de las producciones. Este nuevo contraste, entre las influencias fantásticos de textos de la ciencia ficción, así como un desarrollo prominente de la psicología de los personajes a partir de su punto de vista narrativa, dará paso a la conformación de nuevos elementos literarios, que serán desarrollados en otros movimientos literarios posteriores.
Referencias
Batalla, J. (2018). Todas las muertes de Horacio Quiroga: la vida trágica del gran cuentista rioplatense. Infobae. https://www.infobae.com/america/cultura- america/2018/02/19/todas-las-muertes-de-horacio-quiroga-la-vida-tragica-del-gran- cuentista-rioplatense/
Osorio, N. (2000). Las letras hispanoamericanas del S. XX. Biblioteca Virtual Cervantes.
Veiravé, A. (2001). Literatura Hispanoamericana: escritores, autores y contextos. Kaperlusz.