Permitiría que una pariente con enfermedad mental tengan sexo

Prof. Eulogio Silverio

Prof. Novas. – Saludos. Buenas noches.

Hoy vamos a abordar una pregunta que le parecerá bastante curiosa y, en cierto modo, trivial,  pero que no deja de ser un problema profundamente humano.

Esta noche quiero preguntarle si consideran legítimo moralmente que las familias que poseen una pariente con una enfermedad mental, les impidan tener relaciones sexuales con algún hombre que estuviera dispuesto

La  cristiana – Saludos profe. A propósito de qué viene la pregunta. Porque de entrada yo no estaría de acuerdo en permitir que un familiar mío  sea usado sexualmente por un hombre, si este no se casa con ella.

Prof. Novas. – La pregunta viene a propósito de una situación que observé hace algún tiempo.

Conozco una familia, padre agricultor y pastor de una pequeña iglesia, madre ama de casa y dueña de un colmado, que tienen varias hijas, pero una de ella, la mayor, tiene retardo mental, sobre todo, psicológico y social, que determinaban una deficiencia severa de las habilidades necesarias para la vida cotidiana.

Era una situación difícil para la familia, porque esta muchacha al no tener las inhibiciones morales de las que nos docta la cultura, se insinuaba sexualmente a los esposos de sus hermanas y a los hombres del vecindario.

Pero lo que realmente hace interesante este caso es que apareció un muchacho, al que la comunidad bautizó como el loquito de la muda, con manifiestas intenciones de  acercársele sexual y sentimentalmente.

La cristiana. – Pero él tenía intenciones de casarse o solo quería divertirse sexualmente.

Prof. Novas. –Según mi percepción, el asunto iba más en serio de lo que todos imaginamos, pues cuando habían pasado casi un año de aquellas visitas, informó a los padres su decisión de mudarla para una casita que había construido cerca de su familia. A ellos, naturalmente, les pareció mala la idea porque sabían que éste no podría manejar adecuadamente una crisis de las que le daban a su hija y temían por su vida. También, estaban conscientes de la altísima probabilidad que esa relación terminara en breve tiempo, unido al temor de un embarazo.

Los  padres llegaron a manejar la idea de construirle una casa al lado de la suya, pero nunca la materializaron. En honor a la verdad, siempre pensaron que lo que interesaba al novio realmente era usarla sexualmente. Por esa razón, prohibieron al muchacho volver por su casa.

Según me enteré hace poco a través de una de sus hermanas, la muda sufrió mucho esa separación, porque ella a pesar de sus deficiencias cognitivas estaba interesada en la compañía de aquel hombre que miró en ella algo más de lo que todos hemos visto en ella, el ser humano que es.

Este encuentro me motivó a trabajar la pregunta ¿tenemos derecho los familiares o el Estado a impedir que los deficientes mentales disfruten de su sexualidad?

Adolf Hitler

La existencialista. – Esa actitud de los padres tiene mucha similitud con las medidas de esterilización que tomó Hitler contra los portadores de algún gen defectuoso, para evitar que pasara a una próxima generación.

En este caso, como los casos donde exista una persona con taras mentales, las autoridades deben esterilizar los para evitar los numerosos embarazos que vemos en estas pacientes, pero el disfrute de su sexualidad no debe promoverse y jamás prohibirse. Sin embargo, apareció un hombre que está dispuesto a hacerle el favor, creo que los familiares deben procurarles los medios más seguros, para que ella viva esta experiencia.

La cristiana. –  No estoy de acuerdo con ninguna de tus afirmaciones. Primero, me parece que los padres no son Hitler, al contrario, actuaron responsablemente. Que padre consistiría que un buen vagabundo venga a querer usar a su hija como objeto sexual para satisfacer sus bajos instintos. Segundo, nadie tiene derecho a esterilizar a una mujer porque tenga retardos mentales. Tercero, Dios asignó una función muy específica al sexo entre los seres humanos, la procreación.

La hedonista. – Hna. no sea ridícula, parece que está viviendo en la Edad Media, el sexo en los seres humanos para lo que menos se usa es para la procreación.  No se pinte de santa, que bien sabemos que las mujeres evangélicas son las mayores fanáticas del disfrute sexual.

Abraham Maslow

El Estado debería tener un programa funcionando 24/7 para esterilizar a todo el que constituya un riesgo para la salud pública. Ahora bien, en cuanto a la vida sexual, no por ociosidad Abraham Maslow definió la sexualidad en los seres humanos como una necesidad primaria.

Los enajenados mentales, como todos los mamíferos, tienen  necesidad de afecto y pueden sentir placer, dolor, hambre, frío, calor, miedo, soledad. Por eso, resulta totalmente normal el deseo sexual en ella, pues su sistema biológico afectivo está funcionando bien, donde tienen problemas es en lo cognitivo.

La vida humana como tal tiene sentido en la búsqueda de la felicidad y la felicidad está en todo aquello que nos produce placer, de modo, que si a la vida de esta muchacha llegara algún tipo de felicidad sería en los momentos que los padres les permitieran revolcarse con ese generoso caballero que está dispuesto a hacerle el favor. Deberían estar contentos.

Que se dejen de estupideces y de egoísmo, nadie puede imponer sus prejuicios y creencias religiosas a los demás e impedir que alcance algo de felicidad. Si existe alguna posibilidad de que llegue alguna alegría, alguna chispa de felicidad a la vida de esa muchacha será precisamente en esos momentos en que tenga sexo, pues como decía María de Cazalla «…vemos a dios cuando estamos ayuntados sexualmente con nuestra pareja».

Todo el que tiene un familiar con limitaciones mentales, debería tratar de ponerse aunque sea por un momento en su lugar.


Nota biográfica

Eulogio Silverio, es egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) donde obtuvo el título de Licenciado en Filosofía. Realizó una Maestría en Metodología de la Investigación Científica (UASD), y un Máster en Filosofía en un Mundo Global ( Universidad del País Vasco). Además, es egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes donde también realizó una especialidad en Pintura (1996). Es profesor de las siguientes asignaturas: Introducción a la Filosofía, Ética General, Metodología de la Investigación Científica, Publicaciones: “El problema de la elección moral” y decenas de artículos en revistas impresas y revistas digitales.
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