Lo que nos plantea el más grande de los filósofos dominicanos, es que: “la intuición no ha sido aún investigada con un método genuinamente filosófico,” ya que el metafísico la presenta como algo de una realidad conocida, pero la intuición es de una realidad científica. La intuición como realidad científica, no entra en la filosofía del conocimiento, como tampoco entra en el conocimiento que tiene la metafísica dogmática.
La intuición no es una realidad evidente, sino una categoría, pero la categoría que es no propia de la Lógica aristotélica, sino la de la “filosofía categorial,” de Avelino, y de cuya existencia no tenemos evidencia absoluta. Ahora tenemos como problema fundamental el discutir los problemas antinómicos de la categorial intuición, lo que debe ser el objeto de la filosofía del conocimiento.
El maestro se plantea los siguiente: si la intuición es una mirada espiritual de un contenido, y conocer es aprehender espiritualmente un objeto, intuición y conocimiento se idéntica; pero la historia nos dice que hay varias especies de intuiciones, las cuales son: sensible, no sensible, espiritual, material, emocional, en suma, siete intuiciones. Pero antes hay que deslindar, sabiendo que el discursivo surge con un sentido científico, por lo cual no es inmediato, sino mediato.
El conocimiento discursivo se aprende por relación. Por comparación, por varias operaciones intelectuales. Con esas operaciones lo que se busca es hallar su esencia, porque su existencia está de antemano establecida; los objetos filosóficos son aquellos de los cuales buscamos la esencia, la existencia y su valor, y esto siempre se pone en duda, lo que sucede con la existencia de los objetos físicos.
El científico está frente a un objeto, el filósofo lo está ante un categorial objeto, cuya esencia y existencia está en discusión. El científico cree lo que ve, el filósofo duda de lo que ve. El científico cree en la evidencia, el filósofo duda de ella. Esto es lo que se entiende por ser filósofo.
Para el método discursivo, se aprehende de modo indirecto, por medio de él, el espíritu da vuelta al objeto, lo analiza. Como intuir proviene del latín intuire, y que significa ver, así es que, por el método intuitivo, el espíritu ve, aprehende directamente viendo. Contemplando.
Para Avelino, la filosofía pura es la dialéctica, que no cree ni rechaza, solo discute.
Como por medio de la intuición, ese ver con el espíritu directamente al objeto, no es una ficción, sino una realidad, una categorial filosófica del mundo de la filosofía, donde el filósofo todo lo duda.
Con el espíritu se ve lo inteligible, lo irracional se ve con el pensamiento. Es un misterio como el espíritu puede hacer contacto con lo óntico material.
El contacto vivencial es ajeno a todo significado consiente, no es filosofía, es mística, la cual se inicia con Plotino y se mantiene a Bergson; lo místico no es filosofía, es arte o religión, por cual cabe la pregunta: ¿qué es el conocimiento mediato y cuál es el inmediato?
Para Bergson y Scheler, el conocimiento inmediato exige un contacto directo de nuestro ser con el objeto que se aprehende. La intuición poli-antinómica, es preguntar por la esencia de la intuición.
Por lo cual, ¿existe la intuición sensible? Cuando vemos el libro, el lápiz, al hombre, con ese ver, ¿aprendemos de modo inmediato con los ojos del espíritu esas cosas? Entendamos que una cosa es la intuición sensible y otra es la no sensible o espiritual.
El espíritu puede poseer la capacidad de penetrar lo irracional sin necesidad de lo sensible, aunque ambas sean existentes. El espíritu puede que no necesite ni de lo sensible ni lo significativo, ni volitivo para captar la realidad.
Independientemente de cualquier intuición, al filósofo sólo le interesa la intuición que se pueda aplicar a los pensamientos antinómicos. Sólo le interesa lo individual, lo general es para la ciencia, por lo cual, ni lo general ni lo universal es para los filósofos. Y la razón es que el espíritu conoce por una visión espiritual. Vemos espiritualmente los objetos, pero es la categorial intuición la que nos da la diferencia entre intuir y conocer.
Por medio de la intuición formal, que es la intuición material, el filósofo comprende la realidad de las cosas. El pensamiento, el conocimiento y la voluntad son las que determinan la estructura psíquica del hombre.
Como el pensamiento antinómico tiene tres partes: esencia, existencia y valor, encontramos que Avelino agrega una cuarta: la problemática antinómica.
Ahora nos encontramos que cuando la filosofía ha querido penetrar en las evidencias, para lo cual se ha servido de la intuición, lo se ha demostrado es que esto es un desastre, pues ha hecho de la filosofía una ciencia. Y es que cuando se aprehende el objeto con la duda, es por medio de la intuición dubitativa, esto es cuando surge la antinomicidad problemática de su esencia, existencia y valor.
Platón es el primero en hablar de una intuición espiritual, luego Descartes y Hegel. La intuición emocional también la usaron Plotino y Agustín, ya que eran filósofos místicos. Agustín tenía influencia de la filosofía del conocimiento de Plotino, y cree en la visión divina. Para Agustín, por la religión tenemos la vivencia de Dios. Como él tiene una visión mística, los escolásticos usan el intelectualismo, el método discursivo.
Entiéndase que, por medio del conocimiento místico, la mente está dirigida a aprehender la existencia de Dios. Bergson que cree como Agustín que es posible, y que: “por el método racional no puede aprehender la existencia de la realidad.”
Entre san Buenaventura y Tomás de Aquino existe una lucha antinómica. Buenaventura cree en la visión mística inmediata de Dios; Tomás de Aquino cree en el conocimiento mediato, para él, Dios necesita ser demostrado. Por, sobre todo, debe Dios ser vivido, dice Buenaventura; pero Tomás dice que debe ser demostrado porque no puede ser vivido.
Uniendo los dos pensadores, Dios puede ser vivido y demostrado.
Con Descartes, la intuición es igual al pensamiento: soy porque pienso; no es que pienso porque soy. Para Pascal: “le coeur a ser raison que la raison ne connait pas”. Con esto, lo emocional e intuitivo tiene sus razones desconocidas de la razón.
En cambio, para Melebranche, Dios es, Dios es puro pensamiento que se hace luz en nuestro espíritu. Dios nos ilumina para que lo veamos. En cambio, Espinoza ignora la intuición, él ni la acepta ni la rechaza. Por la sencilla razón de que no se puede filosofar sin ver. Por eso: “Sentimos y experimentamos que somos eternos.”
En cuanto a Kant, encontramos que sólo existe un conocimiento discursivo racional. Para David Hume, sólo existe la intuición emotiva, no cree que se pueda conocer la existencia del mundo, ni la de nuestro yo; él menosprecia el conocimiento racional. Nosotros tenemos creencias. Creemos que el mundo existe, y esto es un acto de fe, no de evidencia. La fe que nace del instinto psíquico, es la que nos da la certeza de la realidad del mundo exterior.
Los filósofos ingleses del siglo XV111 creían en el mundo de los valores, eran filósofos psicologistas y moralistas, que creen en los valores de lo bueno y lo bello. De estos filósofos dice Max Scheler, que ellos sostienen el sentido visual para catar de inmediato los colores, y el sentido moral es para captar las cualidades valiosas de una acción.
En Alemania, Fichte, que sustenta una intuición espiritual, racional, metafísico-racional, todo lo contrario de Kant. Para Fichte, el vencer los obstáculos es la finalidad de todo sistema filosófico. En este punto, Avelino sostiene que el vencer obstáculos no es la finalidad de la filosofía, sino de la ciencia, y que la misión de la filosofía es la de resorber problemas.
En Schilling, la naturaleza se aprehende por medio de la intuición espiritual del sentido irracional místico. En toda metafísica material hay una intuición mística.
Schopenhauer ve la intuición espiritual mística como una necesidad, sin la cual la metafísica no es posible. Para él, la religión no tiene que ver nada ni con el intelecto ni con la voluntad, sino con el sentimiento. Es aquí, que interviene Schleiermacher a decirnos, que la religión se funda en la dependencia, y si no es así, no puede ser religión.
Hermann Cohen, rechaza la intuición, ya que para él es una ficción. Por medio de la intuición no se conoce, ella no tiene método ni es un método. En cambio, Geiser nos dice que por la intuición sólo se puede aprehender las existencias reales de nuestras percepciones externas e internas.
Cuando se entra en el estudio de Bergson, Dilthey y Husserl se contraponen en oposición a la intuición. Heidegger considera que las totalidades psíquicas de las personalidades históricas sólo se conocen por una intuición irracional. Conocemos algo cuando ese algo irracional se nos hace consiente al espíritu.
En la vida se puede vivir inconscientemente, pero no se puede hacer filosofía de los valores sin tener conciencia de ellos. Para conocer algo, hay que tener conciencia de ese algo.