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La obra Nuestra Señora de Las Mercedes, entronizada en la Catedral Primada de América, sintetiza una historia de creaciones de arte sacro que el autor ha realizado por más de veinte años. Hacemos la observación porque a ella la preceden tres obras más sobre Nuestra Señora de Las Mercedes; así como la realización de un conjunto de Advocaciones Marianas hispanoamericanas que formaron parte de la exposición Ave Gratia Plena presentada en el año 2001. Pero a todo lo anterior se agrega, además, como antecedentes, las diversas obras realizadas por Dustin sobre el tema de Nuestra Señora de La Altagracia, desde aquella primera realizada en el año 1998.
Destacamos estos antecedentes porque en todas esas obras el referente es el mismo, la Virgen María la madre de Jesús. Y aunque en cada caso existe una iconografía muy particular que caracteriza la advocación, las características somáticas de todas, en principio, son la mismas.
Pero en términos específicos, la parte objetual y conceptual de esta Nuestra Señora de Las Mercedes, fechada en el 2018, inició en el año 2016, como respuesta a una solicitud que le hiciera el Padre Tomás García Martín Moreno, de la Orden de la Merced a nuestro artista. La solicitud era directa y clara: plasmar una obra de Nuestra Señora de Las Mercedes para la Catedral Primada de América. Un encargo que representa obviamente un honor para cualquier artista, pero al mismo tiempo un gran reto y una gran responsabilidad.
El alto nivel de consciencia de su quehacer obliga al maestro Muñoz a dejar de lado la prisa de los tiempos que corren y tomar como aliado incondicional el tiempo para que la obra fluyera. Y así, durante dos años, trabajó en la consecución de tan trascendente encargo.
Cuenta el maestro que desde el primer momento, y de manera intencional, eligió la gama de tierra tostada para la generalidad cromática de la pintura. Así la unidad de la obra representa al mismo tiempo un recurso unificador e integrador con el ambiente cromático de la tierra recién arada de los campos dominicanos donde vive ese hombre y esa mujer de campo que constituye la fuente primaria de la fe de nuestra señora.
No obstante, por tratarse de una representación de la Patrona de la República Dominicana, hicimos brotar de forma armónica desde el interior de los colores sepias y tierras el colorido de la enseña tricolor. De manera tal que la variedad cromática de la obra está representada aquí por los colores de nuestra bandera nacional y la historia de lucha del pueblo y la nación dominicana en pos de la construcción de su identidad nacional.
En término formal la variedad de la composición descansa, de manera intencional, en el rostro de la imagen, que es el centro de interés de la obra. Estamos ante una pieza neofigurativa en la que el rostro ocupa el primer plano y las manos ocupan los planos secundarios. La mano derecha sostiene y se abraza a la Bandera, sosteniendo también el grillete; mientras la mano izquierda sostiene el cetro y el escapulario. La imagen lleva en su pecho el escudo mercedario.
En sentido general es una obra que concilia entendimiento y sensibilidad, razón y experiencia. El artista tomó en cuenta, para la composición, elementos de la iconografía tradicional; pero dejó también espacios para que la obra fluyera y se fuera formando hasta lograr su propia identidad. Una identidad renovada.
Obra Nuestra Señora de Las Mercedes, entronizada en la Catedral Primada de América el 12 de enero del 2019. Autor Dustin Muñoz, tiene un formato de 117×78 centímetros y está realizada en colores acrílicos sobre tela y collage.
