UASD realiza panel sobre reforma constitucional y política de género

        César Zapata, Augusto Bravo, Atilano Pimentel, Julián Alvarez, Olaya Dotel y Juan De La Cruz

¿La modificación a la Constitución es el camino hacia la dictadura? y ¿La política de género y sus implicaciones psicosociales?, con estas dos interrogantes continuó el pasado martes el ciclo de conferencias Humanidades y Sociedad, que organiza la Oficina Sectorial de Planificación y Desarrollo Institucional de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

¿La modificación a la Constitución es el camino hacia la dictadura? fue abordado por los profesores Juan de la Cruz, de la Escuela de Historia, Julián Álvarez, de Filosofía y la profesora Olaya Dotel, de Ciencias Políticas, quienes debatieron la posible modificación a la actual Constitución e hicieron un breve recorrido histórico por las diferentes modificaciones que ha sufrido la Carta Magna y sus implicaciones negativas en el desarrollo del sistema de partidos y en el fortalecimiento de la democracia.

En ese sentido, De la Cruz detalló que desde el nacimiento de la República, en 1844, la Constitución ha sufrido 39 reformas y 15 de esas modificaciones han tenido la única intención de habilitar la reelección presidencial. La más reciente fue en el 2015, donde se acomodó el artículo 24 para dar paso al presidente Danilo Medina y se introdujo el molestoso vigésimo transitorio que dice: “El presidente Danilo Medina puede reelegirse para el período 2016-2020 y nunca más”.   

Señaló que históricamente nada ha variado, debido a que los procesos de reformas a la Ley Sustantiva han servido para dar una estocada mortal a la democracia. “Basta con mirar de manera restropectiva y recordar cuando un grupo de asambleístas, reunido en San Cristóbal, introduce el artículo 210, dándole poderes absolutos a Pedro Santana para vulnerar el texto constitucional, que se creía iba a ser uno de los más liberales de América Latina, si no hubiese sido por esa terrible acción. Pero no, el 12 de julio de 1844 fueron detenidos los fundadores de la Patria y otros hombres de igual importancia y enviados a diferentes países con la finalidad de dispersarlos”.

Al igual que De la Cruz, la politóloga Dotel sostuvo que nada ha cambiado y cuestionó que una nueva reforma constitucional conduzca a una dictadura, pues entiende que el pueblo ha ido perdiendo, de manera sistemática y en retroceso, eso que se empeñan en llamar democracia. “Los partidos no han querido ver que la Constitución es un cuerpo social que necesita una unidad política. Una unidad que trascienda el propio aparato institucional y que genere formas de participación, de solidaridades inclusivas e igualitarias”.

Rechazó la tesis de que la democracia es la simplicidad de tener algunos derechos. “La democracia debe hablar del ejercicio pleno de la soberanía popular expresada en la diversidad de grupos, en la diversidad de seres humanos. De una igualdad que no existe, porque no todos somos iguales y si queremos ver que no todos somos iguales, hagamos una lectura de nuestros niveles de representación, de nuestros sectores poblacionales. De porqué y para quién se gobierna. Vemos, por ejemplo, que esta es una economía que crece de manera continua y acelerada, no obstante, no se traduce en la calidad de los servicios básicos, en una correcta distribución de la riqueza, porque se queda en dos o tres manos, en manos de los mismos grupos que dominan el sistema y que apadrinan la corrupción”.

Por lo que agregó: “Son precisamente esos corruptos los que siempre han querido modificar la Constitución. Y ahora, al igual que en otros periodos, son los que están detrás de la repostulación del presidente Danilo Medina, porque lo que se busca, en el fondo, es consolidar un estado dictatorial que hace rato se viene gestando”.

Álvarez, trató el tema desde una concepción filosófica, explicando que el problema de la Constitución y las formas de gobierno ya lo había discutido Platón hace alrededor de 25 siglos, en su libro Octavo de la República, donde figura la timocracia, la cual consiste en el deseo desmedido de todos de que les rodeen de honores y, a partir de esos honores, acumular riquezas. ¨Este afán trae consigo el maltrato, la explotación a los ciudadanos, quienes en venganza terminan organizándose para exigir democracia¨.

Ponderó que la democracia tiene como punto de partida el criterio de libertad, de igualdad. Aunque en ese entonces, como ahora, demanda rigor, requiere de ciudadanos educados, ¨porque si todos  hacemos lo que queremos, basándonos en esa libertad, se llega a la pérdida de autoridad y a un libertinaje masificado. De ese libertinaje surge la tiranía, que se caracteriza por la violación a la configuración jurídica de una nación. Los tiranos, en tiempos pasados, eliminaban físicamente a sus opositores, ahora los aniquilan limitando sus oportunidades de participación, de expresión, de tener voz y defender sus derechos¨¨.

La política de género y sus implicaciones psicosociales

El segundo panel, estuvo integrado por los maestros César Zapata, de la Escuela de Psicología, Atilano Pimentel, de Idiomas y la maestra Ingrid Luciano, de Filosofía, quienes se enfocaron en la orden departamental 33-19, mediante la cual se establece como prioridad el diseño e implementación de políticas de género en el Ministerio de Educación, sugiriendo que dicha normativa debe estar cimentada en determinadas prerrogativas psicosociales y  en el feminismo social.

Pimentel dijo que la orden ha sido mal interpretada por organizaciones que hacen opinión pública y que se ha generado el rumor de de que se quiere enseñar sobre la homosexualidad, lo cual es una mentira grosera y vulgar. En realidad, lo que se plantea es ampliar una comisión para que articule una política de género que priorice la igualdad entre hombres y mujeres y que ayude a crear una mentalidad de respeto y equidad.

“Si esto se da tendremos una mejor sociedad, donde se disminuirán los prejuicios y los niños aprenderán a tratar mejor a las niñas. Estamos apostando a nuevas mentalidades, a otras  formas de hacer relaciones humanas, a detener los feminicidios, el racismo, el bullyng,  el acoso, lo que de por sí ya es bastante importante y relevante”, puntualizó el catedrático de Idiomas.

Sin embargo, Zapata manifestó que la política de género solo ha servido para manipular, ya que se quiere homogeneizar el pensamiento, dejando de lado el derecho a disentir. “Mi discurso no defiende la desigualdad, si no la equidad, pero  estoy viendo que en esa defensa de la equidad se está generando una nueva inequidad. Se quiere imponer pensar de una determinada manera. Eso no es democracia, porque así como existe un lenguaje patriarcal, sexista, machista, existe un lenguaje feminista. Se cree que es posible articular un lenguaje exclusivo feminista, pero no, no es posible, porque no existe nada fuera del lenguaje¨.

El psicólogo clínico consideró que el gran error del movimiento feminista ha sido sacar de los foros de discusión  el tema de las clases sociales. La política o ideología de género, término que no gusta a sus representantes, debe centrarse en la construcción de oportunidades tanto para hombres como  para mujeres. No en asuntos meramente maritales, no en limitar al plano doméstico una problemática de alcance social. Estamos claros que la lucha por los derechos de la mujer nos ocupa a todos y que están consagrados en los derechos humanos, entonces, porqué particularizarlos, individualizarlos, como si fuesen de una parte¨.

Condenó, además, como se han visibilizado los feminicidios en detrimento de la visibilización de la violencia social. Estudiar la violencia general desde un enfoque multifactorial podría coadyuvar a solucionar el problema. ¨Lo que voy a decir me puede general muchas críticas, pero está fundamentado en estudios psicológicos, el hombre incita más violencia física, la mujer la verbaliza, que por igual es violencia.  La mujer, incluso, aplica en el macho modelos que en psicología hemos identificado como reforzamiento de conductas violentas, por lo que estamos llamados a formar entre todos nuevas masculinidades, pero no de manera sesgada, segmentada. Sin invisibilizar los varones mediante un discurso de ataque, de un estatismo exclusivo, porque el Estado no se puede manejar desde procedimientos, políticas o perspectivas de género¨.

De su lado, Luciano, docente de la Cátedra de Filosofía de Género de la Escuela de Filosofía de la UASD, ve con preocupación como en las aulas existe la noción errónea de que la igualdad entre hombres y mujeres ya se logró y de que son una especie de ¨come solas¨ que quieren todo para ellas, sin detenerse a observar, de manera consciente y objetiva, como aún el poder político, económico, militar, religioso y hasta social sigue monopolizado por los hombres.

¨Estamos hablando de jóvenes que tienen una noción  equivocada del problema. Y así no podemos disminuir el machismo, que, por lo general, está cargado de homofobia. Tenemos que entender y hacer entender, que una niña puede jugar pelota y no pasa nada; que un niño puede jugar con muñecas y tampoco pasa nada, porque jugar con muñecas no convierte a un niño en mujer y si lo convierte no pasa nada. Ser mujer no es malo, como tampoco es malo ser negro, homosexual, transexual, haitiano.  Lo malo es no ser humano.¨, enfatizó.

Con respecto a los feminicidios, fustigó que el concepto se utilice como estrategia para contabilizar y mostrar crímenes que se cometen contra las mujeres por el hecho de ser mujer. En el país, es utilizado por la Procuraduría General de la República para reconocer las muertes a manos de parejas o ex parejas. Pero el feminicidio es únicamente una categoría  de análisis mucho más amplio, que incluye las muertes maternas, los abortos clandestinos, que son responsabilidad del Estado, por negarse a legislar a favor de las tres causales. ¨Todas estas muertes, que no se visibilizan, forman parte de la desprotección del Estado dominicano hacia la mujer¨.

Luciano hizo un llamado a las universidades para que planteen una educación igualitaria en todas las formas. ¨Espero que la UASD, a través del Instituto de Género y Familia (IGEF-UASD), defienda una postura más radical, porque, sin lugar a dudas,  el lenguaje sexista y discriminatorio también mata¨.

La actividad, que se realizó en el paraninfo de la Facultad de Humanidades, contó con la presencia del decano de esa Facultad, maestro Augusto Bravo, los profesores y las profesoras Gladys Martínez, Alexes Algarrobo. Juan Tiburcio, Antonio Rodríguez Pilier, Diana Contreras, Daisy Piña, William Mejía Chalas, Isidra Gómez  y Eulogio Silverio, estudiantes e invitados especiales.

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