Maestros y maestras:
Nuevos tiempos comenzamos a respirar. Nuevas esperanzas inundan nuestros corazones.
Todavía no hemos salido bien de las heridas provocadas por unas agresivas competencias eleccionarias sumamente reñidas que llegaron hasta lo indebido con expresiones de conductas y posiciones sumamente ofensivas hacia personas por nosotros y por muchos muy preciadas. Conductas que desdicen y contradicen nuestro roles de líderes y educadores para una mejor sociedad en el fortalecimiento y construcción de valores profesionales, institucionales y humanos.
Tampoco hemos salido bien de la arrasante y mortífera pandemia que nos paralizó la presencialidad por 2 largos años; y ya se nos imponen nuevos retos, nuevos desafíos, nuevas tensiones con los agravios de una presencialidad vulnerada.
Y con todo, somos nosotros los maestros y maestras del momento y de los tiempos nuevos. Nosotros somos los líderes de turno. Dios, la vida y la sociedad nos vuelven a convocar; todos nos llaman; es un impositivo categórico: hay que volver a las aulas.
Hay que volver a las aulas para seguir facilitando, construyendo e inspirando. Hay que volver otra vez a reparar los sueños, la vida y los exitos de nuestro pueblo dominicano desde la educación sin término de sus hijas e hijos, desde una educación que estimula y provoca el desarrollo social, el desempeño laboral, el nivelamiento profesional, el posicionamiento institucional y hasta el estatus familiar de nuestros estudiantes.