El castigo no sirve para crear la conciencia moral

Prof. Eulogio Silverio

Nietzsche en “La genealogía de la moral” nos informa que el propósito originario del castigo no era prevenir futuras infracciones o enseñar una lección a quienes incumplían sus contratos. La finalidad era brindar al acreedor el placer de ver sufrir al deudor.

Los hallazgos de las neurociencias parecen confirmar esta hipótesis, por cuanto la psicología más profunda de nuestra especie se configuró a través de los diversos procesos históricos, para sentir empatía con nuestros cercanos, placer frente al dolor y sufrimiento de nuestros enemigos e indiferencia frente aquellos que son lejanos.

Dice el mencionado filósofo que contemplar el sufrimiento de un enemigo es un sabrosísimo bocado, es un gusto que nos sugiere que tenemos un rango más alto que el castigado. Esta realidad queda evidenciada cuando observamos la caída en desgracia de cualquier persona con cierta relevancia social, política o económica y que los resentidos identifican como enemigo o inalcanzable. Recordemos el comportamiento casi frenético que asumieron las masas populares frente al asesinato de la joven Emely Peguero. La mayoría querían ver a Marlon Martínez padeciendo la misma violencia física que produjo a la joven. Las grandes mayorías quedaron decepcionadas con la sentencia del tribunal, que impuso treinta años de prisión.

Te podría interesar

El origen de la moral

Los primeros creadores de modelos sociales, concluyeron de manera acertada que el ser humano en tanto animal, tiene la tendencia a olvidar la mayor parte de las cosas que les suceden. Y pronto se dieron cuenta de que una sociedad, no podría funcionar si sus miembros olvidan los eventos institucionales, como las promesas y los contratos. Como una manera de guardar en la memoria de cada persona sus promesas, decidieron grabarlas con fuego, con violencia, con duras penas, con castigos terribles, para que sujetos como Marlon Martínez recuerden que para vivir en sociedad deben cumplir el contrato de no matar, no violar, no torturar, no secuestrar. La memoria se hace con sangre, con martirios, con sacrificios. Como se habrá advertido, este es un axioma de la psicología más antigua.

 El filósofo alemán, afirma que la memoria no es solamente un mecanismo biológico, sino que también es un producto social, por cuanto nuestra psicología está afectada por las prácticas sociales. A juzgar por los múltiples ejemplos históricos donde distintas culturas han utilizado en sus leyes, mecanismos extremadamente crueles como las torturas, la decapitación, la horca, el fusilamiento, la cámara de gas o la inyección letal para asegurar que los hombres y mujeres recuerden cumplir sus promesas o contratos.

Te podría interesar

El origen de la moral

La dureza de las leyes penales revela los grandes esfuerzos que le ha costado a la humanidad lograr que los hombres cumplan sus contratos. A mí siempre, me impresionó la imagen de los ahorcados en las películas del Oeste. Imaginemos entonces, lo difícil que debió resultar para quienes vivieron en esas sociedades ver a un vecino o familiar colgado en público por no cumplir sus promesas de no robar, de no matar, entre otros no con los que nos hemos comprometido a fin de tener las ventajas de vivir en sociedad.

Dice Nietzsche, de manera irónica, que con la ayuda de esa especie de memoria, occidente alcanzó la “razón”. Queriendo indicar que aquello que el hemisferio occidental siempre ha exhibido como su mayor estandarte, la razón, se logró producto de la crueldad social.

Con relación a la pena o el castigo afirma nuestro pensador no sirven para crear la conciencia moral o hacernos mejores, lo que hace es que nos vuelve más duros, más fríos e insensibles, más calculadores y prevenidos. Estas ideas de Nietzsche serían planteadas como nuevas tiempos después por psicólogos que analizaron el malestar en la cultura.

Te podría interesar

El origen de la moral

Comentarios De Facebook

Check Also

De filosofía del conocimiento de Andrés Avelino I

Lo que nos plantea el más grande de los filósofos dominicanos, es que: “la intuición …

One comment

  1. En cuento a los nuevos hallazgos de la neurociencias sobre los cercanos, enemigos y lejanos, me parece que tienen muchos fundamentos, algunas culturas educan a los individuos para el desapego, para vivir una vida alejada del sensualismo, buscando el equilibrio entre la razón y la naturaleza.
    Sin embargo, estadísticamente son pocos los sujetos que viven de acuerdo a los parámetros descriptos. Siguen apegados a los placeres provenientes de los sentidos, apegados a los sentimientos por los hijos, las parejas, los padres y los amigos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *