Apuntes para un estudio sobre la libertad en Ferrater Mora

FILOSOFÍA Y VIDA ||

José Ferrater Mora, en su famoso Diccionario de Filosofía publicado en Madrid y con multiples reimpresiones, nos presenta en el volumen 3 de manera específica en las páginas comprendidas entre la 1968 a la 1980, una guía interesante sobre el concepto de Libertad. Motivo de estudio del presente trabajo.

Son diferentes los modos como nos presenta dicho concepto: como posibilidad de autodeterminación, elección, acto voluntario, espontaneidad, margen de indeterminación, ausencia de interferencia, liberación frente a algo, para algo, realización de una necesidad. Pero de acuerdo a la esfera de acción o alcance de la libertad se ha hablado de libertad privada o personal, pública, política, social, de acción, de palabra, de idea, moral, etc., etc…

Empero si hacemos una clasificación englobante del concepto de libertad que nos presenta Ferrater podríamos reagruparlos en: una libertad en cuanto posibilidad de elección, de auto determinarse, de disponibilidad, natural, política, personal, necesidad, posibilidad y nosotros agregaríamos la libertad esclavizante o la esclavitud de la libertad. Esta clasificación podemos reducirla todavía más, cuestión que intentaremos más adelante. Ahora procederemos a conocerlas.

ETIMOLOGÍA DE LIBERTAD

Del latin libertas, condición del hombre que es liber, libre, no esclavo. Ya que en principio se atribuyó a la “persona en la cual el espíritu de procreación se halla naturalmente activo”.  Esto así, porque el joven, al alcanzar la madurez sexual, se incorpora a la comunidad como hombre capaz de asumir responsabilidades. Recibe entonces la toga virilis o toga libera. De esta manera, el hombre es libre, en cuanto que es de condición no sometida o esclava. Surgen entonces varios significados ulteriores: se es libre cuando se está ‘vacantes’ o ‘disponible’ para hacer algo por sí mismo.

La libertad es a partir de ahí la posibilidad de decidirse y, al decidirse de autodeterminarse. El ser libre en el sentido de no ser esclavo, puede referirse a muchas cosas, entre ellas las pasiones. Ahora bien; este concepto conlleva a la idea de responsabilidad ante sí mismo y ante la comunidad: ser libre quiere decir, en este caso, estar disponible, pero estarlo para cumplir con ciertos deberes. Desde un comienzo la noción de libertad apunta en dos direcciones: una, la de un poder hacer; la otra, la de una limitación.

Los griegos usaron el término Eleútheros el cual era el equivalente al de liber romano. El hombre que es Eleútheros es, en efecto,  libre en el sentido de no ser esclavo. En el sentido greco este vocablo podía significar “libertad en cualquier sentido”. Pero no podemos quedarnos en un concepto tan amplio, por lo tanto debemos iniciar el proceso de agrupación de las distintas formas que se ha abordado el concepto de libertad.

LIBERTAD NATURAL

La libertad natural suele entenderse como la posibilidad de sustraerse a un orden cósmico predeterminado e invariable, el cual aparece como una ‘coacción’ o, mejor dicho, como una ‘forzosidad’. Este orden cósmico puede entenderse:

1-Como modo de operar del Destino

En este caso no es una muestra de grandeza o de dignidad humana, ya que solo pueden sustraerse al Destino aquellos a quienes este no ha seleccionado y, por tanto, ‘los que realmente no importan’. De este modo ser libre significa no contar. Los hombres que han sido escogidos por el Destino para realizarlo no son libres en el sentido de que pueden hacer ‘lo que quieran’ son libres en un sentido superior. Que solo se logra cuando el ser humano puede disponer de sí mismo.

Pero esto no es posible a menos que uno se haya liberado de lo ‘exterior’, lo cual solo puede llevarse a cabo cuando se reducen a un mínimo lo que se consideraba antes como una necesidad. Es así como aparece una concepción de libertad como realización de una necesidad o como conciencia de la necesidad, es decir, cuando se es un ser racional se llega a la comprensión del Destino, y esta es esencialmente ‘liberadora’. Por eso el sabio es aquel que comprende, y acepta, el orden cósmico, o bien el Destino, los cuales entonces no son una ‘coacción’, en el sentido personal.

2-Como el orden de la naturaleza

En este sentido todos los acontecimientos de la naturaleza están estrechamente imbricados, cuando el orden cósmico es ‘orden natural’, el problema es tratar de saber hasta que punto y en qué medida un individuo puede sustraerse a la estrecha superposición interna, o supuestamente interna, de los acontecimientos naturales. Se ha abordado esta problemática afirmando que lo que pertenece al alma, es ‘más fino’ y ‘más inestable’ que lo que pertenece a los cuerpos, por tanto, puede haber en las almas movimientos voluntarios y libres a causa de la mayor indeterminación de los elementos de que están compuestas.

Por otra parte se ha postulado que lo que concierne al dictamen de la libertad pertenece al orden de la razón. Solamente es libre el hombre en cuanto ser racional y dispuesto a actuar como ser racional. Por tanto es posible que todo en el cosmos esté determinado, incluyendo la vida de los hombres. Pero en la medida que en estas vidas son racionales y tienen conciencia de que todo está determinado, gozan de libertad. Es por ello que en esta concepción la libertad es propia del hombre ‘sabio’, porque aunque todos los hombres son racionales, por definición solo el sabio lo es eminentemente.

LIBERTAD SOCIOLÓGICA

Esta libertad es primariamente como autonomía o independencia, por ejemplo, en una determinadad comunidad humana, consiste, en la posibilidad de regir sus propios destinos, sin interferencias de otras comunidades, es decir, un individuo no debe actuar para evadir la ley, sino obrar de acuerdo a las leyes de la ciudad. Y en la medida que su actuación está apegada a los cánones de la sociedad a la que pertenece, logra un mayor nivel de libertad social, y es por sus actuaciones condiderado digno de formar parte de su comunidad. Y por ser como es en sus acciones no atenta contra la libertad de los demás, caso contrario ocurriría de no ser lo que la sociedad en sus patrones de conductas ha ideado. Estas medidas sociales jamás deben ser entendidas como coacción social porque entonces atentaría contra la libertad personal.

LIBERTAD PERSONAL

La libertad personal consiste en la independencia de las presiones o coacciones procedentes de la comunidad, sea como sociedad o bien como Estado. Cuando el individuo es un miembro de una comunidad y se le permite abandonar ya sea efímera o definitivamente su ‘negocio’ para dedicarse al ‘ocio’, es decir, a la reflexión y lo toma como un derecho, entonces esta libertad personal se convierte en una separación completa de la comunidad. En el sentido de que en el individuo hay un realidad ‘personal’ y no social. De manera que, las acciones individuales están bajo el marco social, pero con independencia individual, logrando contribuir a la libertad social y al mismo tiempo fomentando la libertad personal. El individuo ve las normas sociales como fundamento de sus acciones individuales, en cuanto que no le coaccionan sus actuaciones. Permitiendo de esta forma que sus inclinaciones en la toma de decisiones estén enrumbadas hacia su libre albedrío.

LIBRE ALBEDRÍO

Con Aristóteles se introduce una nueva concepción de libertad, ya que en él se coordinan en la libertad el orden natural y el moral. Esto se debió a la introducción del concepto teleológico, de finalidad, en el sentido de que todos los procesos tienen un fin al cual tienden naturalmente, inclusive el hombre tiende a un fin, la felicidad. Pero contrario a todos los demás miembros del reino animal el hombre tiende a un fin porque puede ejercer acciones voluntarias, que son aquellas  en las que no hay coacción.

Estas son las que se aplican a las acciones morales, pero no puede haber acción moral si no hay libertad de la voluntad (acción voluntaria), y una elección, a lo que se denomina libertdad de la voluntad o libre albedrío. Estas dos formas de libertad están íntimamente relacionadas ya que sino, no habría libertad de elección, si la voluntad no fuese libre y ésta no sería libre si no pudiese elegir.

Para Aristóteles como para la mayoría de los pensadores griegos, especialmente para Sócrates, consideró que un hombre que conoce el bien no puede dejar de actuar de acuerdo a él (bien), inclusive en aquellos hombres que consideramos malos, como los tiranos, criminales, ladrones, etc…  La actuación libre a favor del bien predomina siempre, porque se supone que el hombre no está completamente ‘corrompido’. De esta manera la ‘causalidad propia’ y la autodeterminación están siempre ligadas a una finalidad, que solo es comprendida por medio de una consideración racional, incluyendo al que se suicida, que en su consideración racional arguye que quitándose la vida, obtiene un bien, el cual consiste en eliminar sus sufrimientos.

SAN AGUSTÍN

En Sentido general los cristianos consideraron que la  libertad frente a la coacción, la libertad de elección es insuficiente. Ya que para ellos el libre albedrío podía utilizarse para el bien o para el mal. Cuestión que ya había sido planteada por Aristóteles (Eth., Nic., III, 112 a 7-9); por Ovidio cuando afirmó “aprueba el bien pero sigue el mal”; San Pablo dice: Realmente,  mi proceder no lo comprendo; no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborezco (Rom 7, 15).  San Agustín distingue entre el libre albedrío como posibilidad de elección y la libertad propiamente dicha, como la realización del bien con vistas a la santidad.

Sostiene Agustín que el libre albedrío está íntimamente ligado al ejercicio de la voluntad, ya que ésta puede inclinarse hacia el pecado. Por eso el problema aquí no es tanto el de lo que podría hacer el hombre, sino más  bien el de cómo puede el hombre usar de su libre albedrío para ser realmente libre. Por lo tanto no basta con saber lo que es el bien, sino que es necesario inclinarse hacia él. Aurelio agrega un nuevo elemento, como reconciliar la libertad de elección con la presciencia divina. El cual él lo hace afirmando que el hombre posee una voluntad y que se mueve a esto o aquello es una experiencia personal, pero que Dios sabe lo que el hombre voluntariamente hará, lo que no elimina que el hombre haga esto o aquello. Esto es considerado como el misterio de la Libertad. Aclarando que la presciencia de Dios no equivale a una determinación de los actos voluntarios de tal suerte que los convierta en involuntarios.

SANTO TOMÁS DE AQUINO

El hombre goza de libre albedrío o libertad de elección. Tiene voluntad, la cual es libre de coacción; pero el estar libre de coacción es una condición y no es toda la voluntad. Es menester, en efecto que algo mueva la voluntad. Ello es el intelecto, el cual aprehende el bien como objeto de la voluntad. Parece de este modo que la libertad quede eliminada. Pero lo que ocurre es que no se reduce al libre albedrío; la libertad propiamente dicha, es lo que se ha llamado una ‘espontaneidad’. Esta consiste en seguir  el movimiento natural propio de un ser, en el caso del hombre radica en seguir el movimiento hacia el bien. La libertad no consiste únicamente en elegir, ni mucho menos, en elegirse a sí mismo, si no más bien en elegir algo trascendente, porque el hombre puede elegir mal, y peor aun elegir el mal, por ello el hombre necesita de la ayuda de Dios para poder elegir algún bien o el bien.

INMANUEL KANT

Kant trata de ver como eran posible la libertad y la necesidad, el cual establece que en el reino de los fenómenos, que es el reino de la naturaleza, hay completo determinismo; es totalmente imposible salvar dentro de él la libertad. Ésta, en cambio, aparece dentro del reino del nóumeno, que es fundamentalmente el reino moral. La libertad, en suma, no es, una cuestión física; es únicamente una cuestión moral. La libertad es un postulado de la moralidad. Significando que el hombre no es libre porque pueda apartarse del nexo causal; es libre porque no es enteramente una realidad natural. En su carácter inteligible, el mismo individuo puede considerarse como libre. La conexión entre el reino de la libertad y el de la necesidad no es mera yuxtaposición, sino que se da dentro de una realidad unitaria, aunque perteneciendo, dentro de su unidad, a dos mundos.

ORTEGA y SARTRE

Siendo la vida humana un quehacer –dice Ortega-, no hay más remedio que decidir a cada momento lo que se va a hacer, lo que voy a hacer. Y como lo que hay que hacer es la propia vida, intranferible e insobornable, cada uno decide a cada momento lo que va hacer, y con ello lo que va a ser, inclusive cuando decide no decidirlo. Por lo tanto la libertad no es algo que tenemos, sino algo que somos, estamos obligados a ser libres. Este último postulado, el lema de Sartre para gran parte de El Ser y La Nada. Dice: “La libertad humana precede la esencia del hombre y la hace posible; la esencia del ser se halla en el suspenso en su libertad. Lo que llamamos libertad no puede distinguirse, pues, sino que no hay diferencia entre el ser del hombre y su ser libre”.  Por ende en Sartre la discusión de si el hombre es o no libre no tiene cavida, ya que para él el hombre no puede ser en tanto que libre.

El hombre está condenado a ser libre aunque rehuya o no quiera saber de esta condena. La libertad es para Sartre, la propia realidad humana en tanto que se hace a sí misma libremente. Existir humanamente es elegir, y lo que se elige es la “elección original”, para lo cual no hay razones y que, desde el punto de vista racional, parece entonces ‘injustificada’ y ‘absurda’. Esto no quiere decir, que la libertad consista en desprenderse de las cosas y del mundo; sino más bien que la realidad-humana se realiza como libertad.