Hablemos de héroes

Por Luis Taveras
Acabo de terminar de leer la novela histórica Los que comulgaron con el corazón limpio del escritor maeño Edwin Disla; en ella se plasma la vida, con todas sus complejidades de las relaciones, de dos héroes nacionales: Amaury Germán Aristy y el Coronel Francisco Alberto Caamaño. Ambos con convicciones firmes en proyectos políticos comunes, escribieron con sus hechos un perfil de una generacion; su bondad hacia la patria los unificó, a pesar de lo estridente de un régimen político hostil que estaba decidido a usar cualquier medio para aniquilar disidencias, que generara la imposición imperial de no permitir otra Cuba revolucinaria en el Caribe.

A través de una buena documentación, esta novela permite observar el funcionamiento de las intríngulis de una inteligencia de seguridad usada para alentar divisiones, causar muertes y desmantelar cualquier atisbo de liberación nacional; narra, con toda su crudeza, los afanes de Caamaño en Cuba luego de su desaparición en Londres en 1967; la intención de constituir un proyecto de lucha armada a través del foquismo (teoría que privilegia la acción de un grupo reducido y armado como preámbulo de la toma del poder) y la incorporación de Amaury Germán Aristy primero a través de los palmeros y luego comando de la resistencia; explica, además, esta historia novelada, cómo los organismos de inteligencia de los EEUU infiltraron desde un primer momento esos esfuerzos utilizando desde dentro de la organización a quintas columnas y/o esquiroles que se prestaron, a través de intrigas y falacias, a estimular diferencias; cómo Amaury, junto a su grupo, a pesar del cerco de aniquilamiento a que estaba sometido, logró burlar la autoestima de la seguridad del Estado a través de un heroísmo sin precedentes, hasta que por algunas conductas inadecuadas fueron localizados y un 12 de Enero de 1972, sin miedo a la muerte, se enfrentaron a un ejército equipado y ayudado por los norteamericanos, con el decoro propio de patriotas sin máculas.

Amaury y su grupo demostraron que lo importante no es el número de armas en las manos, sino el número de estrellas en la frente, como decía José Martí, y convertirse en la última batalla armada de una izquierda de buenas intenciones de corazón y unas irracionalidades políticas.

Expone, esta singular obra, el carácter impasible de un Francis convertido en guerrillero sin los vericuetos propios de la alta política; enfoques fijados en su mente como si los escenarios no cambiasen nunca, y su limitación de comprender los cambios que en torno a la relación de Cuba y la Unión soviética se estaban verificando, provocó que no pudiese procesar la nueva versión del país caribeño: sobrevivir en una guerra fría y cercanía con una de las potencias involucradas en la misma; por ello, a pesar de todo, prosiguió con su proyecto original y, finalmente, en esta singular novela se explica lo que todo el mundo sabía: que Caamaño vino a inmolarse hacia el país con apenas 8 hombres en contra de un Estado y sociedad distintos a los que él se imaginaba; el resultado fue su consagración hacia el pináculo definitivo del sentimiento patriótico más elevado a cambio de ofrendar su existencia por las mejores causas del pueblo dominicano.

Esta novela histórica exalta a dos figuras que sin dudas están en los imaginarios más elevados de la estima patriótica: Amaury y Caamaño. ¡RECOMIENDO SU LECTURA!