Por Luis Taveras
Analizar la visita de la Pelosi a Taiwán como un hecho en sí mismo y no como el catalizador de una recomposición de las estructuras globales de poder sería una afrenta; apenas esta visita es un reflejo de la construcción de nuevos escenarios en la disputa entre China y EEUU a partir del declive del modelo posguerra fría de la supremacía de una potencia.
Hoy se le han agregado otros componentes que comparten un mundo multilateral cuyas primacías son los mercados, y los mecanismos de influencia están comprometidos con la tecnologizacion del poder global.
Para mayor entendimiento del comportamiento de los EEUU en estos momentos, consultar el libro de Paul Kennedy Auge y caída de las grandes potencias, publicado en el 2017, y la declaración de Deng Xiaoping en 1984 sobre la importancia de Taiwán para China y la impronta estadounidense en el control de la misma; además, la visita de la Pelosi a Taiwán refleja que las contradicciones entre las dos grandes superpotencias tiene como epicentro los territorios indopacíficos que abarcan Asia-Pacífico hasta Oriente Medio y África.