
Interesante expresión de Jean-Paul Sartre que nos remite obviamente a la plena responsabilidad que tiene el ser humano sobre el diseño y construcción de lo que es.
En fin, tomé el café y analicé el camino. Pensé como «hombre educado» y dije, no entiendo porque todos dan esa vuelta tan larga si sabemos que la distancia mas corta entre dos puntos es la línea recta que los une. Me ahorraría mínimo medio kilometro, según calculos, y guiado por mi sabiduría cometí el error de abandonar el camino real y cogí por el medio de la parcela. Después de un pal’ de pasos resbalé y se me torció un tobillo.
Los resultados de esa decisión fueron 70 días con un yeso, la universidad no encontró otro profesor para cubrir mi docencia y todos mis estudiantes perdieron el semestre. De hecho todavía existen algunos que me culpan por no haberse graduado en el tiempo que tenían proyectado. Cada vez que escucho estos reclamos me río porque pienso que ellos tienen razón, no debí meterme por la parcela, pero inmediatamente recuerdo que no hay lugar para lamentaciones, siempre elegimos lo mejor. Cuando elegimos para nosotros mismos también elegimos para los demás, a menos que sea una elección de mala fe. Partiendo de este criterio se concluye que nunca elegimos el mal.
El ser humano se define por la acción, es lo que se hace, de lo que hicieron de él, como dice Sartre, porque antes de que comencemos a tomar nuestras propias decisiones, algo que también es cuestionable, ya la cultura nos ha dado un idioma, una religión, una visión del mundo y un contexto social con el que estamos obligados a existir.
Finalmente debemos decir que de algún modo está conectado con la expresión de Ortega y Gasset «Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo» muchas veces cuando analizamos detenidamente la gran similitud de pensamiento que existe entre algunos planteamientos de Sartre y de Ortega llegamos a pensar que alguien no realizó su tarea en la escuela.