Cuando la briza empezó a moler mi rostro un frío ardor se metió por mis poros. Miré a mi madre que me daba a mamar mientras crecía. Luego contemplé un cuerpo nadando desnudo sobre mi piel. Vi su vientre hincharse y de él, salir una extensión mía. Empecé a caminar lejos, tanto que la gente se fue convirtiendo en puntos difusos. Subí unas escaleras; me lancé y ahora, con terrible angustia, busco con mis manos una cuerda.
Nota biográfica
Faustino Medina, profesor de la Escuela de Letras de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Contacto: faustinomedina2683@gmail.com
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