Cuestiones de historia

Prof. Franklin Omar Vargas
Prof. Franklin Omar Vargas

La historia y el tiempo que estudia.

En clases de Seminario de Investigación II, el maestro quiso iniciar haciendo una pregunta relevante: ¿Qué es la historia? De manera rápida, parecería ser una pregunta sencilla y de conjetura fácil, esencialmente se suele responder a ella como el estudio del pasado o el estudio de la sociedad del pasado, sin embargo ¿es la historia una ciencia limitada a un tiempo específico? ¿La historia es solo tiempo pasado? ¿En la construcción del hecho histórico solo interviene el pasado? ¿Es realmente la historia el estudio del pasado o hay errores en este planteamiento?

Responder a la definición de historia, es lo mismo que descifrar las causas y consecuencias de eventualidades registradas por los individuos estando en sociedad, sus características evolutivas, proyección social, dinámica económica y política (hasta donde sea posible involucrar estos conceptos).

El sentido común se queda virgen de justicia y hemos dejado una enorme deuda en el campo de la historia al momento de intentar definirla. Proponemos que el problema de su definición se debe a un error de premisa dividido en dos partes: en primer lugar, se encasilla su definición a un tiempo pasado limitando y, en segunda instancia, la definición partiendo de lo pasado es una dictadura absoluta con pocas posibilidades de diversificación. Cuando se dice que la historia es el tiempo pasado, se está construyendo una definición basada en un vacío epistémico.

Basemos este planteamiento con el siguiente ejemplo… Digamos que Carlos quiere estudiar la muerte de un presidente en una fecha determinada y mediante su ejercicio de investigación ha descubierto que la muerte del mismo no fue un intercambio de disparos como historiadores anteriores habían planteado, Carlos descubrió que la muerte del presidente fue planificada desde una institución castrense y que altos militares dieron la orden de ejecutarlo. En ese mismo orden, luego de décadas de la investigación de Carlos, un país que estuvo involucrado con la muerte del presente en cuestión, ordenó desclasificar documentos sobre el tema luego de 80 años del hecho y en ellos aparecen nuevas luces que vinculan al presidente de ese país con la muerte del presidente del país de Carlos, por tanto, el tema pasó a poseer una nueva verdad.

Como esto fue un caso hipotético, ahora analicemos uno real. En el siglo VIII, el papa Esteban II y el rey franco Pipino, apodado “El breve”, lograron demostrar que el emperador Constantino había hecho donaciones privilegiadas a la iglesia incluyendo ricas posesiones que llegaban hasta los territorios de Grecia y Asia Menor mediante un documento escrito por los siglos IV. Por otro lado, el documento también afirma la igualdad de privilegios entre emperadores y papas, por consiguiente, la autoridad del papa se extendía a todas partes donde Roma tenía jurisprudencia y la iglesia podía intervenir en los asuntos políticos del imperio. El “Donatio de Constantino” representaba la verdad hasta que, en el siglo XV, se puso en duda su autenticidad. Lorenzo Valla, un importante humanista de la época se dio a la tarea de desmontar los alegatos de este documento alegando que se trataba de una falsificación, lo hizo comparando estilos de escritura y contexto en que se escribió, así, logró demostrar que se trataba de un documento escrito posterior a Constantino. Efectivamente, para el siglo VIII, los Lombardos y el islam se apoderaban rápidamente de Italia poniendo en juego la sede del papa y esto nos arroja algo de luz sobre la urgencia de falsificar dicho documento.

De estos casos se pueden seguir descubriendo verdades no absolutas sino temporales. La historia no se trata del estudio del pasado, plantearlo así es nadar en un charco sin fondo. ¿El hecho de que estudie el pasado nos dice algo concreto? Redimensionar  planteando que ella se enfoca en el descubrimiento constante de posibles sucesos, son propuestas para buscar posibles soluciones a un problema que nace en el presente del sujeto que investiga. En particular, está ligada a una confección de sucesos ordenados de manera aparentemente lógica según el sujeto y las fuentes que la construyen.

¿Qué enseñanza nos deja el caso hipotético de Carlos y el caso del Donatio de Constantino? Les dejo que analicen por su propia cuenta, pero mi propuesta es que cada vez que miramos al pasado estamos obteniendo una verdad que estribando en los tiempos presente y futuro se vuelve temporal, en sí, todo consiste una cuestión de las estructuras del tiempo y no de un tiempo determinado, lo que nos permite hacer conjeturas para alcanzar la aparente verdad de un hecho histórico.

El ejecutor de la historia no se da a la tarea de trabajar un tiempo peculiar y sistemático, la historia es una ciencia abierta, interpretativa y constructivista basándose en el hecho o los hechos. Si decimos que la historia es parte del tiempo, es una ecuación errada para el historiador, en su cosmogonía más bien el tiempo es parte de la historia, pues son los protagonistas que, con sus dinámicas sociales y culturales, permiten apreciar un sello distintivo que los separa de otro tiempo de la misma categoría o mejor dicho otra estructura o época.  Cardozo citando a Sergio Bagú plantean que el tiempo en el campo de la historia está muy separado de la concepción de tiempo que tienen otras ciencias. El tiempo que interesa a los historiadores es el de los hombres en su organización social, expresando la permanencia de tal organización y la historia misma como proceso que crea lo humano (Cardoso, Ciro Flamarion, Introducción al Trabajo de la investigación histórica, editorial crítica, BAERCELONA. 1982 p.196).

A nivel general la concepción de tiempo en el campo de las ciencias física es un asunto objetivo que solo cambia en su propia dimensión, cuando hablamos del tiempo, en la historia no estamos hablando de las fechas per se, sino de las características propias de una época en específico: lenguaje y lengua, prácticas políticas y militares, funcionamiento de las instituciones estatales, dinámicas económicas, culturales y artísticas. Para lograr esto último, se necesita tener noción de las características estructurales e identificar las coyunturas que permiten la evolución de las sociedades.

El hecho tuvo lugar en el pasado, un pasado con características propias, cuyo ejercicio hermenéutico del historiador le permitirá descubrir cosas que serán inmediatamente extrapolado al presente para comparar los tiempos estructurales y darse cuenta de la evolución de un pueblo o un hecho, por lo tanto, la historia no es solo pasado.

Franklin Omar Vargas

Actualmente Profesor de Ciencias Sociales en el colegio Ad Maiora, Santo Domingo República Dominicana.

Franklinovargas@gmail.com.

  • Educación Media, mención Ciencias Sociales. UASD, Santiago de los caballeros.
  • Estudio de las Sociedades Originarias del Caribe, Centro León Jiménes, Ambassade De France en Republique Dominicaine, Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).
  • Diplomado en Competencia Digital Docente, Instituto Escalae, Universidad de Málaga, Teachr Pro, Barcelona, España.
  • Diplomado en Historia de la filosofía Antigua en TECH Universidad Tecnológica, ciudad de México.
  • Estudiante de término de la Maestría en Historia Dominicana, Universidad Autónoma de Santo Domingo, sede Santo Domingo.

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