UNIVÉRSITAS
Uno de los procesos por medio de los cuales se relaciona la universidad y la empresa lo constituye la trasferencia tecnológica. En esa relación universidad-empresa la primera el desempeña el rol de generadora de conocimiento frente a las prácticas de comercialización que caracterizan a la segunda, cuestión que suscita el interés en el estudio de esta relación.
Esta entrega toma como punto de partida la introducción a la transferencia y comercialización tecnológica que presentáramos en una publicación anterior (Transferencia de conocimiento y trasferencia tecnológica), para abordar el proceso de comercialización tecnológica en la relación universidad-empresa.
Como planteamos anteriormente, la comercialización tecnológica refiere a los procesos de comercialización derivados de la transferencia tecnológica que toma lugar entre dos o más organizaciones. En la relación de trasferencia tecnológica universidad – empresa, el componente de comercialización puede ser entendido como un proceso que mediará la relación de transferencia tecnológica entre las dos organizaciones (problemática a trabajar, disponibilidad y uso de recursos, derechos sobre posibles patentes que sean generadas, etc.).
La universidad, como organización orientada a la generación y difusión del conocimiento, buscará llevar a cabo este objetivo habiendo identificado o no un fin, una aplicación o algún beneficio directo del conocimiento. La empresa, por su parte, buscará desarrollar una aplicación –que pueda ser comercializada– para generar valor en el mercado a partir de un conocimiento/tecnología específica.
Como puede apreciarse, en esta relación, ambas organizaciones poseen objetivos marcadamente distintos y, por lo tanto, usarán sus medios para influir en la orientación de las actividades y procesos que deriven de la transferencia tecnológica.
La universidad, por un lado, buscará una relación de transferencia tecnológica impulsada por el interés en desarrollar nuevos métodos, productos y cocimiento en sentido general, a partir del uso de equipos y maquinarias de las cuales generalmente no dispone dentro del recinto académico. Por otro lado, la empresa tomará la decisión de participar en una relación de transferencia siempre que perciba un valor potencial que sea capaz de explotar, verbigracia, generación de un producto o servicio, mejora de procesos internos para la optimización de los recursos o mejora de la calidad, ampliación de redes, etc. Si la tecnología a transferir no posee potencial comercializable para una empresa en específico, el proceso de transferencia inicial difícilmente se llevará a cabo.
Si bien en el proceso de comercialización la universidad motivará que los resultados del proceso sean empleados para la innovación social, su postura no será determinante, ya que la empresa buscará inclinar la balanza hacia los beneficios económicos que pueda percibir.
Indudablemente, la relación de comercialización tecnológica que deriva de la transferencia tecnológica en la relación universidad – empresa devela aspectos éticos que deben ser enfrentados, especialmente desde la universidad como institución llamada a difundir el conocimiento.
Las implicaciones derivadas de estos procesos de comercialización pueden significar la generación de métodos que limiten el desarrollo y competencia de las pequeñas y medianas empresas, hasta la generación de una patente que limite el desarrollo y reproducción de una cura para un virus que pueda provocar una pandemia. Nos corresponde a todos meditar sobre este problema ético.
Muy interesante, me gustaría saber en cuáles universidades en nuestro país existe esa relación?
Por lo visto, lo que la maestra plantea no es un caso específico, sino una generalidad. Infiero que está trabajando con el concepto de universidad como institución, en términos de las características que definen a una institución de esa clase.
Si la pregunta constituye un reclamo a las universidades dominicanas, puede que sirva un ejemplo para comprender de forma básica por qué no todas pueden verse iguales: cuando hablamos y pensamos desde la categoría, sabemos que tal vez existan individuos que falten a algunas de las características generales de la clase, pero esto no afectará al conjunto (un caballo es un cuadrúpedo, pero mi tío tenía uno con tres patas, y aún así era definido como caballo).
De todos modos sería bueno, pertinente y provechoso, que la maestra defina su concepto de universidad.
Gracias por los comentarios.
En este artículo hemos tenido la intención de reflejar el proceso de comercialización que deriva de la relación universidad-empresa, de modo que pueda ser universalizable.
Intentando responder a la pregunta que hace el maestro Anthony Almonte, en las universidades de la República Dominicana existen múltiples ejemplos de relación universidad–empresa, como constituyen, por ejemplo, los convenios entre ambas partes desarrollar visitas técnicas, pasantías, charlas, becas y otros.
De forma específica, la relación de transferencia tecnológica ha tenido un tímido desarrollo en el país, pero aún así se se puede identificar en el desarrollo de investigaciones conjuntas entre ambos actores (universidad y empresa), mediados, en ocasiones, por organismos como FONDOCYT.
Otras relaciones de trasferencia tecnológica se desarrollan a partir de convenios muy específicos, en los que no tiene un papel la figura mediadora del Estado u otro ente regulador.
Como vemos, como país, en República Dominicana aún hay un largo trayecto para explorar y explotar las bondades que derivan de las relaciones de transferencia tecnológica entre dos actores.