De perseguido a perseguidor: Una carta de Enriquillo

Histŏrĭa
Anthony Almonte
Anthony Almonte

Interpretación del documento original

En el documento que estudiamos, la carta de Enriquillo al emperador Carlos V, encontramos que el cacique da constancia de que recibió la Real cédula por medio de Francisco Barrionuevo, y que él y los suyos se someten a la obediencia real, por lo cual besa sus manos y sus pies. En la misma se dice que se ha avecinado a los pueblos junto con los españoles, lo que es más, que como prueba de su lealtad, dice: “… haber ido asegurar algunos cimarrones que andavan por las otras partes ido esta isla vine a esta ciudad a consultar con el presidente y oidores algunas cosas que a servicio de vuestra magestad convenga para en paz y sosiego de la tierra…”

Como si fuere poco el servicio prestado, ofrece además traer: “…algunos otros yndios que andan syn venir a vuestro Real servicio en el qual me ocupare todos los dias de my vida a toda my posibilidad, a vuestra magestad.”

Después de rendir su respeto y sumisión, toma como testigo de su lealtad, sumisión y servicio, a “… el padre vicario provincial de nuestra señora de la merced frey francisco de bobadlla al qual de my yntencion y obras hara relacion a vuestra magestad.”

Al año siguiente, en 1535, murió el otrora indómito cacique, reducido a la servidumbre, y según el escribano de la audiencia Diego Caballero, Enriquillo murió cristianamente, dejando en su testamento establecido que su cuerpo fuera llevado a la villa de Azua, y que su lugar fuese ocupado por su viuda, doña Mencía, y su primo, el Capitán Martin Alfaro.

Es necesario contextualizar históricamente la figura de Enriquillo para poder tener una compresión del personaje. Enriquillo, cuyo nombre indígena, era Guarochuya o Huracuya -aunque no ha podido determinarse todavía- fue Cacique del territorio perteneciente a la jurisdicción de Jaragua, uno de los cinco reinos principales que había en la Isla antes de la llegada de los conquistadores europeos.

Después de la matanza que en el lugar realizó Fray Nicolás de Ovando, el sombrío Comendador de Alcántara, los religiosos franciscanos de la Vera-Paz, ciudad muy cercana al Bahoruco, la región montañosa de Jaragua, recogieron al caciquillo en su convento y allí lo criaron y educaron con mucho provecho para el mozo. Los frailes le enseñaron «a leer e escrivir e gramática», para lo cual, necesariamente, tuvieron que adoctrinarlo en costumbres y en sentimientos. Hablaba bien el castellano.

Bautizado con el nombre español de Enrique Bejo, este se convirtió bien pronto en Enriquillo, nombre afectuoso que le dieron sus maestros religiosos. Hecho hombre a la sombra espiritual del monasterio, Enriquillo se casó con una de sus primas, noble dama india, llamada Doña Mencía. Se casaron como cristianos, «en haz de la Sancta Madre Iglesia»

Los memoriales de la época informan que el rico hacendado Francisco de Valenzuela, vecino y regidor de la Villa de San Juan de la Maguana le encomendó a Enriquillo con cuarenta y seis de sus súbditos, así como cuatro navorias (siervos, sirvientes).

Refiere Las Casas que a la muerte de Valenzuela lo sucedió en la posición de la encomienda del cacique y sus indios su hijo Andrés Valenzuela.

Asegura Manuel Arturo Peña Batlle en su “Rebelión del Bahoruco,” que a pesar de que Fray Cipriano de Utrera impugna su testimonio, admite, sin embargo, que pudieron concederse algunas encomiendas de este tipo en Santo Domingo, antes de llegar los Jerónimos y el licenciado Alonso de Zuazo al gobierno de la isla.

Las Casas asevera que el joven Valenzuela era licencioso y llegó hasta el punto de apoderarse de una “hermosa yegua que tenía Enriquillo y luego hasta “trató de violar” a su esposa doña Mencía.

En un determinado momento, la indignación de Enriquillo creció contra las autoridades que no oyeron sus quejas contra Valenzuela, por lo cual se interna con los suyos en las alturas de Bahoruco, y desde allí lucha arduamente por su libertad y la de los de su raza. Su rebelión duró de 1519 al 1533, siendo el primer revolucionario del Nuevo Mundo.

Cuando el capitán Barrionuevo llegó al Lago Comendador, Enriquillo lo esperaba debajo de un frondoso árbol.  Las Casas afirma que Barrionuevo y Enriquillo se abrazaron y se sentaron tranquilamente sobre una manta de algodón.  Barrionuevo llevaba además de los cuadrilleros, 38 hombres.  Enriquillo tenía seis capitanes y alrededor de setenta hombres con lanzas y espadas.

Entre los dos capitanes se sostuvo este diálogo:

-Enrique -le dice Barrionuevo – muchas gracias debéis dar a Dios por la clemencia y la misericordia del Emperador en persona varios de sus errores y reducción a su real servicio y obediencia.

A Enriquillo se le agolpaba el corazón en el cerebro y en la boca un torrente de emociones. Y de súbito, le responde:

Yo no deseaba otra cosa sino la paz, y conozco la merced que Dios y el Emperador me hacen en esto, y por eso beso sus reales pies y manos.

Entre los acuerdos se contaban, entre otros, conceder la libertad a todos los indios que estuvieran con el cacique en las cumbres del Bahoruco.

Dice Peña Batlle que tan pronto se tomaron los acuerdos de paz, Barrionuevo se retiró, y que su inesperada partida dejó al: «cacique un tanto receloso».

El 26 de agosto de 1533 el capitán español informó al Emperador todos los pormenores de la entrevista con Enriquillo. Le decía que: «a placido a Dios que en ventura a vuestro magestad él (Enriquillo) a venido a la obediencia de vuestra magestad y paz y concordia con los vecinos».

Pero los oficiales de la Audiencia tenían la convicción de que el indio no tenía confianza en los españoles. Y se acordó enviar al emisario Pedro Romero, que era casado con una india, con ropas para Enriquillo, su esposa doña Mencía, sus capitanes y sus indios principales, así como imágenes y una campana para la iglesia que le había pedido a Barrionuevo.

La llamada Carta de Perdón que le escribió la Reina se la reiteró el Emperador Carlos V, asegurándole que fue «carta cabal para que se asegurase de los intereses reales». Y le escribe a la Audiencia que: «diese cumplimiento a lo que el capitán Barrionuevo prometió a Enriquillo»

 Análisis y consideraciones Generales

Tomando como referencia la carta enviada por Enriquillo a Carlos V, el emperador de España y del Sacro Imperio Romano Germánico, en la cual Enriquillo por medio de capitán Barrionuevo fuera perdonado y asumido como siervo de España, la interpretación de este documento busca ver la dimensión del Enriquillo en su fase de paz y reconciliación con los españoles, reafirmando que la construcción de la figura de Enriquillo responde a la visión europea, sin dejar de valorar su aporte como “el primer revolucionario del Nuevo Mundo”.

Este análisis de la carta permitirá ver a Enriquillo más allá de mito y del personaje literario que conocemos por medio de Manuel de Jesús Galván en su novela histórica “Enriquillo”.

El documento nos permite apreciar, que entre los servicios prestados, el cacique, amante de la libertad, se dedicó a reducir al servicio de los españoles a otros indios cimarrones que luchaban por su libertad. Como una ironía de la vida, y fruto de la dialéctica, quien ayer era perseguido, se convierte en perseguidor.

BIBLIOGRAFIA

Bartolomé de Las Casas. (1987). Historia de las Indias. Santo Domingo: Sociedad Dominicana de Bibliófilos INC.

Fr. Cipriano de Utrera. (1973). Polémica de Enriquillo. Santo Domingo. R.D: Editora del Caribe.

Manuel Arturo Peña Batlle. (1970). La rebelión del Bahoruco. Santo Domingo, R.D: Hispañola.

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6 comments

  1. Hungria campusano nolasco

    Esta historia deja muy buena experiencia , ya que no sabemos en el día de mañana que nos corresponde vivir , hoy estamos en un puesto mañana puede ser que escalamos a otros puesto , por eso debemos tratar a las persona como te gustaría que te traten a ti .el mundo da mucha vuelta debemos ser humilde en todo lugar .

    • Me parece está ensayo nos permite tener una visión del perfil del primer revoluciónario del nuevo mundo en el contexto de la colonización de la isla de santo domingo

      • Altagracia Quiterio G.

        Excelente artículo del cacique Enriquillo gran líder de la época y estratega en cuanto al conocimiento de lucha por la libertad ,paz, acciones genocidas ,opresoras y abusivas propiciadas por los colonizadores a su pueblo taino.

      • Francisca Altagracia Peralta Uceta

        Excelente hecho realizado por el cacique Enriquillo en sentido, de la abstracción América, en el contexto referido por el historiógrafo dominicano. Estos documentos proporcionan evidencia tangible de los eventos pasados ,nos permiten una investigación más precisa.

  2. «Como una ironía de la vida, y fruto de la dialéctica, quien ayer era perseguido, se convierte en perseguidor.»
    Uno de los problemas mayores que tiene la historiografía dominicana y los historiadores del patio, es la carencia de objetividad a la hora de ver y analizar los hechos.
    Muchos han presentado al personaje de enriquillo un revolucionario que lucho por los derechos de su etnia, por la libertad, solo le falta decir que defendió los derechos laborales y que fue abanderado de la lucha por la igualdad racial los derechos de las mujeres.
    Otros se han encargado de presentar a Enriquillo como un traidor, con marcada tendencia a la genuflexión frente al poder español o como un ídolo de barro.
    Lo cierto es que Enriquillo no puede ser más de lo que es, un hombre envuelto en sus circunstancias. No creo que fuera un revolucionario y mucho menos un traidor. El hombre es a la cultura lo que la cultura es al hombre. Este personaje fue educado por curas, que insuflaron en su mente una maraña de un mundo mágico-supersticioso, con una lengua cargada de la cosmovisión de sus creadores, me modo que Enriquillo es más español que cualquiera.
    Sus acciones lo dicen todo, no hay porque criticarlo, como hombre, de manera pragmática, tomó las decisiones que de acuerdo a su cosmovisión entendió necesarias para la supervivencia de los suyos.
    Ahora bien, ustedes se preguntaran, cuáles son los suyos. Las distintas etnias aborígenes que vivían en la isla o su círculo tribal-familiar. Evidentemente que su círculo tribal-familiar.
    A ningún hombre se le puede pedir ser consecuente con una causa ni unas ideas que él, conscientemente ha elegido.
    El hecho de que Enriquillo entregara a negros y aborígenes cimarrones puede resultar ofensivo para aquellos que lo definieron como revolucionario, pero para él simplemente es una acción necesaria para preservar la vida de los suyos.
    ————————————————————————————————————————–
    “fruto de la dialéctica” Una observación que debemos hacer desde la óptica filosófica sobre el uso adecuado del concepto dialéctica en sentido histórico. Dialéctica siempre será un indicador de cambios hacia delante, en este caso, la postura más avanzada sería convertirse en un revolucionario, luchador por la defensa de los demás, nunca jamás el individuo en que devino Enriquillo, un lacayo, un sobreviviente, un perro de caza de los españoles.

  3. Buen trabajo, Anthony Almonte. El artículo presenta, de una manera fresca, la figura del legendario cacique Enriquillo desde una perspectiva bastante diferente a como popularmente se le conoce. Textos como este, me parece, deberían ser socializados y discutidos en la educación primaria, por lo menos en nuestro país (República Dominicana). Por demás, me ha encantado la conexión del título con la conclusión. Felicidades.

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