Los problemas antinómicos de la esencia de lo ético de Andrés Avelino II

Existe un problema antinómico de la relación del valor con las cosas valiosa. Es Scheler amplió el mundo de los valores más allá del ámbito conocido. En Platón y Aristóteles se discutía si son valores, objetos, ideales, Valente, trascendente o inmanente a las cosas.

El valor de lo agradable, que es un valor único con todo ente agradable. Por eso encontramos valor agradable el saborear un dulce de leche, que un paseo por la playa. El valor tiene relación con las cosas.

En el problema antinómico de los depositarios del valor, vemos que el valor bueno o malo que intuimos frente a una acción de una persona, se aprehende del mismo modo que lo bello y agradable. El hombre no es depositario de los valores para Avelino, ya que, para él, el hombre es un intermediario. Y esto lo intuye así, por medio del hombre se intuyen y cumplen los valores.

No es solo las éticas de los bienes y la ética formal, en la se presenta el problema antinómico de la esencia de la ética. También en la ética hay valores que suponen también lo moral, viendo en lo moral el bien. Cuando se ve en la ética la identificación con el bien Supremo, el cual es Dios. En el hedonismo se sustenta el placer sencillo, y Dios es identificado con ese placer.

No se pueden concebir los viene sin los valores ni lo los valores sin los bienes.

Kant planteo que la ética buscaba el éxito, por lo cual hay que plantearse si en la ética qué es lo que es importante: las intenciones o los objetivos logrados, que son los éxitos. Por esa razón hay un problema antinómico en la ética de los bienes y de los valores. Entiéndase que el éxito moral está implicado ya en cada intención moral.

En toda intención hay una exigencia de objetivo, de fin, el cual es el éxito buscado. Cuando Aristóteles escribe la Moral a Nicómaco, plantea la ética de los bienes y de los fines. ¿Acaso el bien y el fin de la medicina no es la salud del enfermo?

Tanto los bienes como los fines tienen distintas categorías de valores, por eso preferimos unos y postergamos otros. Platón en sus Diálogos realizó la única filosofía pura que existe de los valores.

Se impone también la necesidad de que nos plateemos el problema antinómico de la existencia o no de los hechos morales. Como Kant discute que el hecho moral ser un fruto de la experiencia, la experiencia real sensible; pero existe una experiencia metafísica, de lo psíquico. También existe una experiencia de los valores que es la constitutiva de los hechos.

No podemos decir que una acción es criminal, sea esta vulgar o noble; sino que el hecho es el que puede ser catalogado así. Es la preferencia de los valores que le da ese catálogo.

Como la obra se titula: El Problema Antinómico de la Esencia de lo Ético, cuando se abre un capítulo con este nombre, encontramos que los valores éticos son de una esencia distinta a lo real sensible, sabemos que no son esencias ideales. Los valores éticos son reales, pero no de una realidad empírica de hechos sensibles, sino de una realidad ideal, significativa, categorial. En ellos, la persona humana está vinculada al centro y punto de partida absoluto que es Dios.

Cuando nos encontramos con el problema antinómico del placer y el dolor en lo ético, encontramos:

1ro. El eudemonismo, el cual sustenta el pensamiento antinómico en el cual el bien supremo es la felicidad. Encontrar la felicidad es el bien más elevado.

2do. El pensamiento antinómico hedonista, que es opuesto al eudemonismo, en el cual se afirma que la moral depende del placer sensible. En él, la felicidad está en el placer. No se olvide que una persona puede hallar felicidad en el dolor, pues los santos y los mártires sienten un éxtasis placentero en el dolor y el martirio

Todos los seres huyen del dolor, por lo cual, el placer es lo único digno de buscarse; pero no tiene que ser el placer sensible, puede ser el placer intelectual o artístico.

Existe una lucha entre el placer y el dolor: el placer prefiere lo más alto y el dolor tiende a rechazar lo más bajo.

3ro. El idealismo ético, es lo contrario al eudemonismo y al hedonismo. En él se sustenta que el fin último a que se aspira es la practicad del bien y no el logro de la felicidad. En el idealismo ético no se quiere ser feliz, sino que se aspira a ser bueno. Se debe ser ante todo virtuoso, aunque no seamos felices.

Cuando se hace la proposición de que el problema antinómico de si la ética cristiana es o no un eudemonismo del más allá, encontramos a Hartmann que la sustenta. Como el eudemonismo sustenta como fin último la felicidad; pero la ética cristiana sostiene que el bien mayor es la conformidad con la voluntad de Dios. El cristiano puede ser feliz al estar conforme a la voluntad de Dios, pero su objetivo es la salvación del alma.

En la ética no tiene sentido ni la pena ni la recompensa; y el cristiano busca estar en conformidad con la voluntad divina que trae aparejada la bienaventuranza y la salvación del alma del creyente. No basta actuar para el  otro, para que nuestra conducta sea altruista, es necesario conllevar el bien espiritual del otro, y mucho ojo que esta declaración.

Es preciso hablar del problema antinómico de la desorientación humana. Esta desorientación no es solo en el hombre común, sino en el intelectual, que desde el positivista hasta el existencialista y el ateo así lo evidencian. El problema de esa desorientación hay que verla desde el punto de vista de que el hombre busca lo material, no lo espiritual. La humanidad necesita una orientación de los valores espirituales.

Es necesario averiguar si toda ética material tiene que ser ética eudemonista, como lo plantea Kant. En cambio, que Scheler, ve el valor ético, no como una cualidad material, sino de los hechos morales.

Antes de aprehender lo que un acto o una acción tengan de malo, debemos saber que es lo bueno y que es lo malo. Para Kant, bienes, fines y valores están ligados al placer o al desplacer. Por eso ve en el hombre aun esclavo del deber.

Se ha de ver que el a priori no tiene que ver con lo formal. Porque la contraposición en el problema antinómico no tiene que ver con lo formal.  La contraposición foral-material no se puede vincular con la contraposición a priori- a posteriori. El a priori es anterior a toda experiencia y el a posteriori es posterior a experiencia.

El valor ético se relaciona en jerarquía a los valores éticos, y se aprehenden con motivo de hechos de valor moral, así que el problema antinómico de si el valor ético se reduce o no a actos, se ha de saber que el valor ético es la forma del cumplimiento del valor positivo y el negativo, y con este pensamiento se reduce lo ético a la forma del cumplimiento de los valores de los actos. La moral se reduce a los actos, para Scheler, llegando la persona a ser la unidad concreta de sus actos.

El acto no es moral, moral es la persona que realiza el acto; lo moral no depende del acto sino de la personal.