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Me he enterado que la Comisión Docente del Consejo Universitario ha convocado para mañana a los profesores Filberto Cruz y Fernando Valdez, para conocer del sometimiento en su contra hecho por dos bedeles.
Estoy sorprendido al ver cómo a algunos funcionarios universitarios no aprenden, pues ya en la gestión pasada esa asignatura se dio, y en el Consejo Universitario tuvieron que devolver a la Facultad de Humanidades el caso de una riña entre una estudiante y una profesora.
Es a los Consejos Directivos de las Facultades que les corresponde «conocer de las violaciones a las normas universitarias cometidas por profesores y estudiantes, y aplicar, en primera instancia, las sanciones correspondientes según la gravedad de la falta. Los involucrados tienen el derecho de apelación por ante el Consejo Universitario» (Art. 56.n del Estatuto Orgánico).
El sentido de este texto, vigente desde el 2012, es superar la situación injusta de que quien era sometido al CU era juzgado en una sola y última instancia, rompiendo el esquema de los grados jurisdiccionales, los que posibilitan corregir un error o injusticia de una instancia inferior. Ahora, como se advierte en el Articulo 56.n, el Consejo Universitario es una instancia de apelación.
Por tanto, toda actuación de la Comisión Docente en este sentido carece de legalidad. Si la misma ha sido apoderada de manera irregular lo que debe hacer su presidente, el Vicerrector Docente, es declinar por falta de competencia y enviar el expediente a los Consejos Directivos de las respectivas Facultades. A su vez, FAPROUASD y los profesores involucrados deben exigir que se cumpla el debido proceso.
En defensa de la institucionalidad
