El estado de la muerte en la filosofía

Franklin Omar Vargas
Prof. Franklin Omar Vargas

La muerte como percepción, es de antemano,  un concepto difícil de tratar y no es para menos saber que ha sido un tema que, aunque entendemos es interesante, no ha sido profundamente revisado en el catálogo de la filosofía universal, o por lo menos en la filosofía europea.  A todo esto, estamos seguros que el abordaje que debería llevar es el de hacer conexión entre la existencia humana y su fin.

Diversas corrientes han trabajado de manera superficial, todas ofreciendo visiones sobre lo que significa la muerte en sí mismo. Para eso hemos recurrido a tres puntos: la muerte como el fin de la existencia individual, como trascendencia y continuidad y la muerte como condicionante de la vida y autenticidad.

1. La muerte como desaparición física e individual

Quizás, ver la muerte como un fin físico e individual, sea el enfoque más común en la filosofía, de acuerdo a esta visión, la muerte es vista como el principio de un fin a la conciencia, a la inconsciencia y todo lo que conlleva la experiencia personal. Esta visión lo que nos plantea es que la muerte se limita a la cuestión material, es decir, al calor, al sonido y a la influencia que el fenecido ejerce sobre los demás. Si aceptamos esto como muerte, estamos hablando de un ser cuyo fin llega al momento de perder la capacidad de tomar decisiones como: hablar, moverse, producir sonidos, producir efectos físicos, capacidad para guardar recuerdos y la libertad de proyectarse en el futuro, o simplemente la capacidad de elegir.

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2. La Muerte como desaparición de la voluntad

Schopenhauer, plantea en «El mundo como voluntad y representación», que la muerte es la aniquilación definitiva de la voluntad de vivir y, por lo tanto, el cese total de la existencia (Schopenhauer, 1819, p. 457).  Aquí Schopenhauer, nos plantea una muerte que va más allá de lo físico y la ausencia. Responde a un estado de resaca que experimenta el individuo cuando ya no logra reconocer su estado de libertad, motivación y simplemente ha perdido el sentido del vivir, esta perspectiva existencialista se puede ver también en la literatura de Jean-Paul Sartre, él mismo afirma que la muerte es la «nada» y nos confronta con nuestra propia finitud (Sartre, 1943, p. 28).

3. La muerte como trascendencia y continuidad

Por otra parte, se plantea desde el foco filosófico que la muerte no se limita como el fin de la existencia individual, sino que puede ser interpretada como una extrapolación hacia otra forma de existencia, o como un nuevo camino aparentemente más largo que la vida. En el libro «Más allá del bien y del mal», se sugiere que la muerte es el paso hacia la eternidad, donde nuestras acciones y obras pueden perdurar más allá de nuestra existencia terrenal (Nietzsche, 1886, p. 285). Henri Bergson, en «La evolución creadora» plantea que la muerte es solo una manifestación de la vida en su constante evolución y cambio (Bergson, 1907, p. 314).

Esta concepción quizás sea la interpretación más vieja. En las culturas vikinga, egipcia y cristiana se solía hablar de la muerte como una continuidad de la vida, pero que solo sería digna si se obra de acuerdo con los dictámenes establecidos por las divinidades una vez estando en vida.

4. La muerte como condicionante de la vida y la autenticidad

Otros filósofos prefieren tomar otro camino interpretativo, prefieren estudiar el impacto que representan para la conciencia sobre el final de nuestra vida y ver de qué manera esta conciencia influye en todo el camino de la búsqueda de sentido. Martin Heidegger, en “Ser y tiempo», dice que la conciencia de la muerte es esencial para comprender la autenticidad y la posibilidad de elegir nuestra existencia de manera auténtica (Heidegger, 1927, p. 288). Estaría de acuerdo con Kierkegaard en «angustia existencial” en «El concepto de la angustia», donde la muerte se convierte en un recordatorio constante de nuestra libertad y responsabilidad (Kierkegaard, 1844, p. 95), es decir, que la muerte representa como el verdadero sentido del existir, aunque nos produzca ansiedad el saber que un día dejaremos de sentir, al menos en el plano físico.

Agregando a todo esto, tratar el tema de la muerte tiene diversos escenarios, la hemos visto como desaparición física, emocional, como voluntad, como recompensa, a fin de cuentas ¿Qué es la muerte? ¿Cómo podemos definirla?, lo más conveniente sería buscar una línea que logre encontrar el punto de encuentro entre todas las interpretaciones revisadas.

Todas tratan la muerte como el fin de algo, el fin de la materia, del recuerdo, el fin de seguir eligiendo, el fin de la voluntad, el hecho es que es muerte todo aquello que represente un estado de quietud espiritual, es la desaparición de lo aparentemente natural para convertirse en otra cosa, aquello que ya no se es.

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Consultas:

Bergson, H. (1907). La evolución creadora.

Heidegger, M. (1927). Ser y tiempo.

Kierkegaard, S. (1844). El concepto de la angustia.

Nietzsche, F. (1886). Más allá del bien y del mal.

Schopenhauer, A. (1819). El mundo como voluntad y representación.

Sartre, J.-P. (1943). El ser y la nada.

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