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Llegó el momento de colocar la UASD por encima de nuestros intereses. Es una acción que terminará beneficiándonos a todos.
La sociedad dominicana cambió y nosotros debemos interpretar esas señales y promover un (que) hacer positivo a lo interno de nuestra institución. Todos los que interactuamos en su dinámica académico-institucional estamos en la obligación de aportar para que nuestra Universidad sea un referente para la sociedad, no un reflejo de sus males. Los profesores poseemos el potencial para transformar y readecuar la UASD y estamos convocados históricamente a ser esos agentes de renovación.
Como agentes de cambios y renovación no podemos permitir que nos provoquen y, mucho menos, aceptar de manera pasiva la invitación a utilizar métodos de presión superados y que perjudican la razón de Ser de la UASD: nuestros estudiantes, cuyos padres, con sudor, sangre y sacrificio pagan impuestos para que sus hijos e hijas tengan las oportunidades que a ellos les fueron negadas por un Estado que propicia la desigualdad.
Como parte del conglomerado que conforma el pensamiento científico, racional y humanístico del país no podemos ser el único grupo que continúa utilizando métodos que victimizan a quienes debemos proteger. Esas acciones nos alejan de las conquistas que buscamos alcanzar.
Los tiempos que corren demandan una profunda actualización de los métodos de lucha, por cuanto toda acción absurda guiada por la irracionalidad, sangra la institución y agudizan las heridas de nuestra imagen.
La lucha por y para alcanzar reivindicaciones laborales no puede ni debe hacerse en detrimento del estudiantado. Esta innoble actuación nos quita legitimidad y empeora la pésima imagen que tiene la sociedad dominicana sobre nuestros infantiles y disfuncionales métodos de lucha.
Generatio Nova Univérsitas
Ciudad Universitaria
01/31/2018
