Nietzsche en la Genealogía de la moral plantea que tanto el bien como el mal tienen su momento originario cuando los amos usaron, por primera vez, la palabra bueno para referirse a sí mismos y malo para referirse a los siervos, los inferiores, los oprimidos, los esclavos. También nos cuenta que andando en el tiempo los oprimidos, los siervos, los esclavos se rebelan y proclaman ser ellos los buenos y califican a los amos como los malos. Se refiere, esencialmente, al surgimiento y propagación de los valores cristianos.
Nietzsche califica la moral que surge en este momento histórico, donde los oprimidos crean unos valores que pretenden proteger la integridad de los débiles, como la moral del resentimiento y de la envidia porque proscribe todos los valores que hacen fuerte al individuo.
El egoísmo, por ejemplo, que para la moral de los esclavos es un pecado; para los amos es bueno y deseable, poner el interés personal por encima del interés colectivo.
Como ustedes habrán observado, Nietzsche, contrario a otros autores, no hace una defensa de los oprimidos. Este afirma que tal y como ocurre a nivel zoológico, donde los corderos no pueden echarle la culpa de su debilidad a las aves rapaces, a nivel social los esclavos, los oprimidos, los débiles, no tienen derecho a culpar a los amos por ser fuertes e individualistas.
La moral del amo, del noble, del aristócrata apuesta al desarrollo del individuo que construye su propio espacio, que toma lo que quiere y cuando lo quiere, que se arriesga, que vive su pasión vital y que siempre está dispuesto a jugarse la vida cuando otros amenazan sus espacios vitales. Mientras que la moral del esclavo toma la debilidad, la pasividad, el perdón, el arrepentimiento, el miedo a perder la vida y la represión de los instintos vitales como un mérito. Para el esclavo, bueno es aquel que no ataca, que es paciente, que no se defiende, que se resigna, que no salda cuentas; en definitiva, el que le deja la venganza a dios.
Nietzsche concluye diciendo que cuando los esclavos dicen que los buenos son ellos significa que los débiles son débiles y que solo hacen cosas de débiles. Para él, tanto el cristianismo, el socialismo y la democracia son auténticas representaciones de esa moral del resentimiento y la decadencia.
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Estas afirmaciones de Nietzsche sobre el cristianismo, el socialismo y la democracia nos llevan a recordar la espantosa decadencia social, económica y cultural en la que se hundieron las distintas sociedades europeas de la Edad Media desde que cayeron en las garras de la iglesia. Y lo que ocurrió en la Rebelión en la granja, donde los grandes sueños de libertad, igualdad y solidaridad se convirtieron en verdaderas pesadillas. Con la democracia ocurre otro tanto, aunque, debemos reconocer que en este sistema el poder reside en las mayorías sólo a nivel formal y en ningún caso a nivel fáctico. En los amos, los aristócratas, los individualistas, los rapaces es donde reside el verdadero poder en la democracia.
Gracias Edwin por su comentario. Evidentemente que no es posible vivir en sociedad si aplicamos la visión nietzscheana, como se puede observar a simple vista, esta va en contra de todo tipo de sociedad regida por leyes comprometidas con la preservación de derechos para las mayorías, los más débiles, los desprotegidos.
Mis reflexiones y conclusiones sobre los horrores ocurridos cuando organizaciones religiosas han tomado en control de los asuntos civiles y políticos de alguna sociedad.
Para nadie es un secreto, la manera en que terminó la Rebelión en la granja, una revolución donde todos los animales oprimidos habían fijado sus esperanzas para liberarse de la opresión y terminaron deseando que volviera el antiguo amo, porque los nuevos amos resultaron muchos más crueles e ineficientes.
Por último doy mi opinión sobre lo que se han convertido los sistemas democráticos que conocemos, dónde supuestamente el poder reside en el pueblo, pero está claro para todo el mundo que el pueblo no decide nada, sabemos que los que triunfan en este sistema, son los egoístas, los individualistas, lo no tienen reparo en acaparar recursos que no podrían usar ni en cinco mil años, mientras existen en el planeta millones de seres humanos que mueren nacen y mueren en pobreza extrema.
Una conclusión bastante fuerte, profesor Eulogio.
Nietzsche es un pensador fascinante. Sobre todo por el coraje que exhibe y la valentía de proclamarse en contra de toda convención con total naturalidad. Sería interesante saber si sus ideas éticas tienen posibilidades de llevarse a cabo a nivel sistémico porque indudablemente, en términos psicológicos y a nivel individual, es bastante común que -aunque se predique lo contrario- se practiquen muchos de sus postulados.